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lunes, 25 de junio de 2012

Mar de Grau: Territorio Marítimo del Perú


La CONVEMAR agrede al Perú
Hugo Ramírez Canaval*
 
Alguien dijo: “Se puede engañar a todos por un tiempo; se puede engañar a algunos todo el tiempo; pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo”.  Aunque algunos peruanos que después de 20 años de silencio han sido despertados recién en el año 2001 -a raíz de que el 09 de Enero de 2001 el Perú emplazó a Chile ante la ONU para arreglar lo de la “delimitación”- argumentan  forzadamente como si todos  vinieran  de un “cursillo” con un “libreto” que parece repartido por las NN.UU. en plan de convencer a los peruanos en favor de la adhesión a la Convención del Mar, vemos con alegría que cada vez son menos y ya nadie les hace caso.

Todos los candidatos y todas las organizaciones sociales durante la campaña electoral de 2011 han manifestado su oposición a la firma de la “Convemar”. Hasta el Presidente del Congreso de entonces, les ha dicho: “que lo vea el próximo”. ¡No hay una sola organización social en el Perú que esté de acuerdo! Cuando el Congreso les propuso “referéndum”,  los abanderados se opusieron.

Me propongo demostrar cómo es que “La Convención del Mar agrede al Perú”, y para el efecto, presento a consideración de su elevado criterio estimado lector,  unos argumentos:

1) Con el Decreto Supremo N° 781 del 1° de Agosto de 1947, el ilustre Presidente José Luis Bustamante y Rivero fijó el “dominio marítimo del Perú” declarando la soberanía y jurisdicción nacionales, hasta el límite de las 200 millas, para proteger el mar más rico del mundo, que nos fue dado por Dios para alimentar a nuestro pueblo, en compensación por la falta de lluvias que nos impiden tener una adecuada agricultura.

2) Los grandes intereses pesqueros -y luego los mineros- del mundo, organizaron la Convención del Mar, con la finalidad única de destruir la tesis de las 200 millas con la que 3 países tercer-mundistas “se habían atrevido” a poner trabas a la explotación del mar más rico del mundo aún no depredado por ellos…Es decir: “Si no se hubieran dado las declaraciones de soberanía en las  200 millas, nunca  -nadie- hubiera organizado la Convención del Mar para combatirlas”.

3) Ahora, hablando de la propia “Convención del Mar”,  mi  mejor argumento es su filosofía,  su razón de ser, la finalidad de su creación, el meollo del que nunca quieren hablar los “convencionistas”…  
   
Yo tomé consciencia de la gravedad de la Convención recién al conocer las primeras páginas de un librito con el título de “La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar”. Con leer solamente la “Introducción” y el “Preámbulo”... ¡abrí los ojos!

a. En la “Introducción” nos dicen con la mayor claridad: “...los espacios marinos están estrechamente ligados y han de considerarse en su conjunto.”.
En otra parte, dicen: “La Convención representa un intento de dar una verdadera universalidad al empeño de llegar a un ‘orden económico internacional justo y equitativo...”.   

Comento: Esto lo entiendo como que los que se creen “países rectores” nos quieren obligar a aceptar la decisión de ellos, de que los espacios marinos mundiales se deben ver “en su conjunto” (los que tenemos el mar más rico del mundo en la misma canasta con los que ya lo tienen depredado), dentro  de las ideas rectoras del “nuevo orden económico internacional”, para que un país depredador que está ubicado en las antípodas del Perú, tenga un “acceso  justo y equitativo” para asolar nuestro mar con grandes flotas -incluidos buques factoría- y llevarse los alimentos de nuestro pueblo. ¡Y hay peruanos que quieren que eso suceda...!

b. En el “Preámbulo” comienzan diciendo: “Los Estados Parte de esta Convención, inspirados en el deseo de solucionar con espíritu de comprensión y cooperación mutuas todas la cuestiones relativas al Derecho del Mar […] han acentuado la necesidad de una nueva convención sobre los derechos del mar que sea generalmente aceptable...”.

Comento: Nos sonríen y palmean la espalda con eso de “espíritu de comprensión y cooperación mutuas” ¿de qué cooperación mutua hablan?, ¿mutua?; pero luego nos anuncian con rigor, un nuevo derecho del mar “que sea generalmente aceptable” ¡porque nuestras 200 millas no son “aceptables”  para ellos, pues!

¡MAS CLARO...NO  NOS LO PUEDEN DECIR...!

En otra parte, el “Preámbulo” remarca con énfasis: “La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró solemnemente, entre otras cosas, que la zona de los fondos oceánicos y su subsuelo fuera los límites de la jurisdicción nacional así como sus recursos, son patrimonio común de la humanidad, cuya exploración y explotación se realizará en  beneficio de toda la humanidad...”.

Comento: El Art. 3, asigna una jurisdicción nacional de  12 millas marinas... ¡Nada más!; pero el Art. 2.3 dice: “la soberanía sobre el mar territorial se ejerce de acuerdo con esta Convención; es decir: ¡soberanía…ni en las 12 millas de mar territorial!
   
Hay  peruanos que dicen que esas 12 millas son mejor que las 3 millas del antiguo Derecho.
Hay otros que dicen “el Perú nunca ha tenido 200 millas de Mar Territorial”. Otros, en su delirio, dicen que “Bustamante y Rivero es el culpable de todos estos problemas...”.

Es necesario aclarar lo que significa La ZONA. Un término y una realidad de la Convemar, de la que NO les gusta hablar, a los abanderados de la adhesión. Veamos:

El Art. 1.1 de la Convemar crea La Zona, y dice que: “comprende los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de los límites de la jurisdicción nacional.”.
El Art. 136 dice que la Zona y sus recursos son “patrimonio común de la humanidad.”
El Art. 137.1 dice: “Ningún Estado podrá reivindicar o ejercer soberanía ó derechos de soberanía sobre parte alguna de la Zona o sus recursos”.
Para que no queden dudas, el Art. 137.2, dice: “Todos los derechos sobre los recursos de la Zona pertenecen a la humanidad. Son recursos inalienables.”
En lo que sería “la Zona” del Perú, (dentro de muestras 200 millas) existen grandes cantidades de petróleo y nódulos polimetálicos, (de Talara para el sur),  los cuales –igual que la pesca- pasarían a ser “patrimonio común de la humanidad”.

En relación con los recursos vivos los abanderados de la adhesión citan solamente el Art. 61.1: “El Estado ribereño determinará la captura permisible…” pero nunca citan los siguientes: 61.5 Dice que todos los Estados interesados pueden participar en esos cálculos;  62.2 que dice: “Cuando el Estado ribereño no tenga capacidad para explotar toda la captura permisible, dará acceso a otros Estados al excedente de la captura permisible...”. El Art. 62.4 dice que toda la legislación sobre la Zona Económica Exclusiva deberá ser adecuada en consonancia con lo que dispone la Convención; los artículos 69.3 y 70.4 señalan que aunque el Estado ribereño pueda pescar toda su captura permisible, deberá permitir la participación de todos los Estados interesados, en condiciones satisfactorias para todos…

¡Y así…hay peruanos que dicen que en la Convemar no afectará la soberanía del Perú!

Por todo lo expuesto, AFIRMO: LA CONVENCIÓN DEL MAR AGREDE AL PERU.

* Contralmirante MGP. Colaborador de «Foro Geomarítimo».

miércoles, 13 de junio de 2012

Geoeconomía: ecología sostenible


LAS CIENCIAS SOCIALES Y LA CRISIS MUNDIAL
Oswaldo de Rivero*

Al no predecir ni siquiera lejanamente la caída del muro de Berlín, el colapso de Wall Street, la persistencia de la actual crisis económica, la indignación social mundial y la rebelión del mundo árabe, las ciencias sociales han perdido confiabilidad en los medios académicos europeos y norteamericanos.


Estas ciencias han probado que no pueden predecir eventos humanos globales complejos porque, a diferencia de las ciencias duras como la biología, la física y la química, no pueden repetir experimentos que le den certeza a sus hipótesis. A esto se suma que las ciencias sociales, al estudiar las relaciones humanas, no dejan de estar además, imbuidas de ideología. 

De todas las llamadas ciencia sociales, la economía es hoy la menos confiable porque influyó en las decisiones políticas que llevaron al mundo al Crash del 2008. Esto se debió, sobre todo, a que la economía “moderna” enseñada en las universidades y las «business schools» de los Estados Unidos, usando fórmulas matemáticas difundieron como ciencia, que el mercado se puede regular solo. Los “modernos” economistas pretendieron así convertir la economía en una ciencia exacta que tenía fórmulas que permitían que el capitalismo no tuviera ciclos recesivos.

Hoy, estos economistas “modernos” están desprestigiados, Estados Unidos y Europa casi arruinados y los economistas sensatos norteamericanos están tratando de revisar los fundamentos de la ciencia económica organizados hoy en un movimiento llamado: “The New Economy Movement”. 

Lo cierto es que las ciencias sociales, sobre todo la economía, no tienen hoy planteamientos creativos para salir de la crisis. Y esto, porque la actual crisis, no es solo económica y social, sino una compleja crisis de civilización.

En efecto, si examinamos la humanidad podemos afirmar que esta tiene hoy muchas culturas pero una sola civilización, que es la civilización urbana global que se expande imparable por todos los países sean estos pobres, ricos o con diferentes culturas. 

Esta civilización urbana planetaria ha hecho crisis porque es incapaz de resolver dos problemas fundamentales para su viabilidad. Primero, no puede sustituir su energía fósil que vomita gases que recalientan peligrosamente el planeta. Segundo, tampoco puede cambiar sus patrones de consumo que están creando escasez de agua, alimentos y convirtiendo al planeta en un basurero.

Gran parte de los economistas y también de los sociólogos no se dan cuenta que la actual crisis no es solo una grandiosa crisis económica y social, sino una crisis de civilización, de un estilo de vida urbano que es ecológicamente insostenible, que fue financiado por un capitalismo especulativo que otorgó créditos riesgosos que crearon normes deudas, tanto privadas como públicas, que hoy son impagables. 

Si los “científicos” sociales quieren recobrar confiabilidad conociendo con certeza hacia dónde se dirige la humanidad, será necesario que adquieran conocimientos de las ciencias naturales, en particular ecológicas, para poder pensar en la realidad física del planeta. Si hacen esto, los economistas podrían al fin darse cuenta que el PBI mundial crece pero el planeta no.


* Embajador SDR. Artículo publicado en LaPr1mera» el 12/6/2012. Consulta el 13/6/2012.