¿PERUVIANIS AMAZONÍA: VADIS QUO?
Eduardo Reátegui Guzmán*
La extensión de la Amazonía es de unos 7¨853,000 kilómetros cuadrados y abarca territorios de Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, las Guayanas y Surinam. Cada uno de estos países miran ó administran sus áreas amazónicas en forma singular, debido a que – contrario a lo que piensan muchos – no es una homogeneidad geográfica. Tienen singularidades desde altitud, fauna, flora, etnográfica, recursos mineros y energéticos, hidrográficas, meteorológicas, etc.
Cómo analizar la realidad de cada uno de ellos de tal manera de tener una visión lo mas panorámica posible que permita de manera rápida entender a estas regiones que los pintamos de verde surcado por enrevesadas líneas hídricas azules y que generalmente nos confunden mas?
Al Perú le corresponde aproximadamente unos 762,400 Kms. 2, que representa el 60% de su territorio nacional - 1´285,200 Kms. 2 - y el 8% de su extensión sudamericana.
Existe abundante bibliografía sobre la amazonía peruana. Se viene escribiendo desde antaño sobre ella enfocando varios ángulos, desde lo poético y cultural hasta sobre múltiples expediciones y sesudas estadísticas de casi todos sus ámbitos.
Muchos tiene una visión particular o colectiva de su reducido ámbito geográfico donde moran o visitan, pero muy pocos de toda su realidad. Acá está el quid de entender a la amazonía, que como un diagnóstico del cuerpo humano, requiere de múltiples exámenes y varios especialistas que permitan dar una respuesta al paciente de cuál es su situación y como afrontar las enfermedades que pueda tener.
¿Quién en el Perú nos dice el diagnóstico de la amazonía peruana?. Existen una serie de organismos públicos y privados y cada uno lanza su diagnóstico, acertado o no, de cómo ve una parte del problema, pero no hay un estudio completo de su situación en general.
Amazonas, Madre de Dios, Loreto, San Martin, Ucayali y las regiones que las colindan, tienen realidades muy distintas unas de otras. Desde un avión todo parece uniformemente verde. Pero la visión cambia cuando caminamos sus urbes, viajamos por sus ríos y carreteras. Anecdóticamente hasta la fonética y gastronomía tienen sus matices. Es pues un mosaico de realidades que es necesario graficarlo con la precisión de un laser para en función de ello generar las líneas de política que de lo general a lo particular permitan orientar los esfuerzos humanos y presupuestarios coherentemente para que el sol brille para todos.
Ahora que se están creando nuevos Ministerios, no es descabellado pensar en un Ministerio de la Amazonía. Sería beneficioso?. A priori me parece que no. El primer problema sería estructurar su jerarquía, en la que todas las regiones amazónicas quisieran tener representatividad. Por otro lado debería tener un presupuesto especial. Recordemos que es el 60 % del país.
La parte demográfica es un verdadero talón de Aquiles. Según el censo del 2007 (INEI) existen 1786 Comunidades Indígenas que corresponden a 51 etnias asentadas en sus 762,400 kms.2. Imaginémonos la pluralidad de anhelos de estos pueblos y sus realidades sociales, que ahora gracias a los medios de comunicación, se exteriorizan urbi et orbi generando entredichos políticos en todos los niveles de gobierno - poblados, distritales, provinciales, regionales y central – que generan verdaderos dolores de cabeza para orientar estas eclosiones sociales. Las migraciones internas, sobre todo de la sierra hacia las urbes de Loreto, Ucayali y San Martín están modificando la demografía tradicional, toda vez que se genera una simbiosis cultural y comercial que poco a poco va cambiando el panorama local, cuyas generaciones futuras darán otro enfoque, creo yo, mas emprendedor, por la profesionalización de las mismas.
Pero qué hacemos con la depredación de los recursos naturales?. Por ahora parece que no hay solución adecuada. Sigue la explotación aurífera en Madre Dios y que ya se extiende a otras regiones. La quema de los bosques y la explotación inmisericorde de las maderas. La contaminación de los ríos, sobre todo los menos caudalosos o periféricos a las urbes como el Itaya en Iquitos.
Las carreteras IIRSA y otras, vienen acompañado de una serie de problemas con el medio ambiente. Nadie discute su importancia. Pero tampoco se ha legislado para cautelar su entorno. Veamos nomás la carretera Iquitos-Nauta, Tarapoto- Yurimaguas y pronto el tramo Puerto Maldonado-Iñapari.
Hay pues hermanos, como dijo Vallejo, muchísimo qué hacer. ¿Quo Vadis Peruvianis Amazonía?
* Contralmirante MGP. Colaborador de «Foro Geomarítimo». Director de la Sociedad Geográfica del Perú.
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