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lunes, 27 de agosto de 2012

Comentarios a adherir a la CONVEMAR


SI EL PERU NO ADHIERE, CHILE GANA… ¡FALACIA!
Hugo Ramírez Canaval*

Cuanto más  desesperan en Chile por  la cercanía  de la fase oral  en La Haya  y  no les llegan noticias sobre la adhesión del Perú a la Convención del Mar, en el Perú sus amigos abanderados  de la adhesión,  también desesperan al ver que los plazos se les acortan y no han  logrado  nada  a  pesar  de  que  habían  arreciado  su  agresiva  campaña  en las sombras  con el falaz argumento de que “Si el Perú no adhiere a la Convención,  Chile gana en La  Haya”.  Sus planes no han funcionado  y  ¡peor aún!… se acaban de enterar de que no podrán manipular al Congreso. 
¡Parece que como en  2004… ¡El pan se les quema en la puerta del horno!

El embajador Eduardo Ponce Vivanco ha publicado el Domingo 19 de Agosto, un  artículo titulado ¿Durmiendo con el enemigo?,  que no voy  a “responder”  porque  no  estoy  en enfrentamiento  alguno,  pero sí  con el debido respeto por  la  persona  y  por sus ideas, me  permito comentar…  Tengo la impresión de que los abanderados de la adhesión están en dificultades.  

Sucede  que  el  artículo  citado  comienza  con : “El desinterés parlamentario   por la política internacional  convirtió a la  Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso en el  ‘huesero’  de la Plaza Bolívar hasta que por distracción, cayó en manos del señor Diez Canseco…”.  Y continúa  entre  paréntesis con…   (el más radical  de sus aliados).

La introducción transcrita podría ser suficiente para decir “Dios sabe lo que hace”  con  la Convención;  pero  el artículo contiene varias otras expresiones que confirmarán mi apreciación. Así, en el 2do. párrafo,  dice:”Entrevistado … (Diez Canseco ) consideró  ‘un tema central’  que se utilice la ‘diplomacia parlamentaria’ para  convencer a los congresos latinoamericanos…¿Para qué? ¿Alguien recuerda que  hayan venido congresistas colombianos  para informar a los nuestros  sobre su litigio marítimo  con  Nicaragua?”.

Comento:  Eso de ¿para qué?,  me sugiere dos comentarios… 1)  ¿ No será que temen que esos trámites demoren la decisión que creían  favorable a sus planes en  el Congreso,  y temen que el  Perú  ya  no podría adherir  ANTES  de  la fase  oral   en Diciembre… para que Chile nos gane?
2)   Me da pena expresarlo,  pero esa pregunta  solamente confirma  la  vergonzosa realidad que vivimos  en el  Perú  frente a la demanda  que  el  gobierno  peruano ha planteado en La Haya…  Lo que pasa es que  para los colombianos  antes que nada está su patria… Allá no había ningún grupito que  actuara  interfiriendo como si quisiera ayudar a  “la otra parte”.

En el tercer párrafo, dice: “Ad  portas  de la fase  oral  en La Haya, el Congreso debe asumir la responsabilidad que viene esquivando desde 1982  y que nos ha  dejado  en la incongruente  posición de…  (el Perú)  no  es  parte   de la Convención  –solitaria  fuente   del  derecho  que  invocamos  para  una delimitación  equitativa…”

Comento: En cuanto a que el Congreso debe asumir la responsabilidad… Yo diría que ellos representan A TODOS  los peruanos  y saben lo que hacen… Le  informo  que en aquellos años nadie se preocupaba del asunto… La  primera   vez que el tema llegó al Congreso, fue cuando los 3 asesores chilenos en Palacio  consiguieron que Toledo  ordene una millonaria campaña en todos los medios,  para que  los  peruanos  aprueben  la adhesión. A  pesar de tanta propaganda,  la  gestión  fracasó porque  los abanderados  no aceptaron  la propuesta  del Congreso para ir a una: ¡Consulta popular! ¿Por qué sería?

En  cuanto  a  que  la  Convemar  es  la  solitaria  fuente positiva  del  derecho que invocamos… le  informo  estimado lector,  que  los diplomáticos  saben muy bien,  que  el  Derecho  Internacional  es anterior y superior a la Convención del Mar  y  que  el  Perú  NO  HA  INVOCADO   la Convención sino el Derecho Internacional, que  dispone la línea media.      

En el cuarto párrafo, dice: “Víctimas de la miopía y  el temor,  los políticos  han  eludido  esa  obligación  con  el  falso  pretexto de  que  la  Convemar reduce  a  12  las 200 millas del Mar de Grau. Prefieren no enterarse que las 200 millas  nunca fueron  de mar territorial…”   y  continúa  con: “…pues el Decreto  de  1947  como las Constituciones de  1979  y  1993   establecieron un  ‘dominio marítimo’ con soberanía y jurisdicción…igual que la Convemar.”

Comento:  ¡Cuántas acusaciones…!. Yo podría  decir que  quienes  sufren  de “miopía  y temor “son  los  abanderados  de  la adhesión  que  no ven que la Convemar  reduciría  REALMENTE  nuestro  mar territorial  de 200  a CERO  millas,   porque  según el artículo 3.2  y el  55   de la Convención,  el mar territorial  de 12 millas y la zona económica exclusiva de 188 millas,  se rigen por las disposiciones respectivas de la Convención. ¡No más soberanía!
Por otro lado, tienen miedo  que se pierdan los puestos diplomáticos para “técnicos en Convemar”  que  corresponderían  al Perú. 

También digo que los abanderados  de la adhesión, son quienes utilizan el  “falso pretexto”  de que las 200 millas nunca fueron mar territorial… son ellos quienes  “nunca se han enterado” que… ¡Las 200 millas SIEMPRE fueron mar territorial!... Para  el  español Cabanellas,  soberanía y jurisdicción  son sinónimo de mar territorial. Así  lo aceptan  y  lo respetan en todo el mundo,  desde Onassis en 1954 hasta los pesqueros chinos en 2005.      

Para terminar con este cuarto párrafo,  considero que no se puede decir que las Constituciones peruanas han establecido un  dominio marítimo con soberanía  y  jurisdicción   IGUAL  que  la  Convemar,   porque   la  Convemar  trasgrede nuestra Constitución… Así lo señalaron los delegados que en 1982  firmaron  AD REFERENDO  dejando constancia de  que  la  Convención  transgrede la Constitución del Perú.  

Finalmente,  en  el  quinto  párrafo  dice:  “Si  el  Perú  ha  pedido que se  le  aplique  la  Convención  para  dirimir… Asumamos,  pues, que  al presentar  la  demanda  aceptamos  los espacios  marítimos… Urge  entonces  desempolvar el oficio  que  como  Premier  y Canciller,   el  embajador  Pérez de Cuellar envió al Congreso  en Mayo de 2001… justificando  con rigor la adhesión…”.

Comento: El  presidente y el canciller en 2008, fueron muy realistas y  dijeron ¡No es necesario que el  Perú  adhiera  para  que  la Corte de La  Haya  admita  nuestra  demanda!.  Y  así  ha  sucedido... Nos  han  aceptado  con  las  reglas  del  Derecho Internacional.  Pero  ahora  los  “cucos”   vienen  a  asustarnos   con  que: ¡Debemos  adherir,  si no… nos gana Chile!

Me sorprende que nos diga: “Asumamos,  pues, que al presentar la demanda aceptamos   los espacios  marítimos…”. Pregunto: ¿Por qué?  ¿Acaso  asume que  “alguno”  o algunos  se pueden  prestar a una “trampita” a favor de  Chile?... Sabiendo que aunque  algunos “asumamos”,  el hecho es  que mientras  nuestro gobierno  no anuncie   la  adhesión y firma, NO  seríamos miembros plenos.
 
Finalmente,  en el caso del embajador  Pérez de  Cuéllar,  sabiendo de alguna  de sus decisiones,  sí  creo  que  debe  haber enviado  el oficio del que nos habla… Ese era    justamente  el  año  en que comenzaba  la  campaña  de los  “amigos de  Chile” para  lograr que el  Perú adhiera, a fin de que Chile no vaya  a La Haya  porque  entonces  estaban  perdidos…. ¡Y él como Premier y Canciller, tenía  que apoyarlos!.
    
En 1968,  cuando  era  Secretario General  de  Relaciones  Exteriores,  aceptó  en todos  sus términos el acta que  nuestros delegados habían firmado el 26 de Abril de 1968,   trasladando  el  Punto Concordia  de  la orilla  del  mar  al  Hito  Nro. Uno,   260 metros  tierra  adentro.  Este hecho  –aunque  no  tiene  valor en La Haya,  por el Tratado de 1929-  es uno de los argumentos  más  fuertes  de  los  chilenos  en  La Haya.  El colmo… ¡Ahora,  Pérez de Cuellar está en el equipo de La Haya!.  

* Contralmirante MGP. Colaborador de «Foro Geomarítimo».



¿Durmiendo con el enemigo?
J. Eduardo Ponce Vivanco*

El desinterés parlamentario en la política internacional convirtió a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso en el "huesero" de la Plaza Bolívar hasta que, por distracción, cayó en manos del señor Diez Canseco. Ensayando una explicación, el líder de Acción Popular informó que el gobierno no quiso conservarla y que fue tomada por su bancada (para contentar al más radical de sus aliados). Por si no se hubiera percatado el Ejecutivo, la política exterior es el campo en que se maneja el litigio marítimo con Chile, la nefasta agenda bolivariana de integración política y la dimensión internacional de los derechos humanos instrumentada con maestría por el terrorismo y sus cómplices.

El activismo de JDC lo llevó a adelantar algunas ideas peligrosas sobre el llamado "tema de La Haya". Entrevistado por El Comercio (R. La Rosa), consideró un "tema central" que se utilice la "diplomacia parlamentaria" para convencer a los congresos latinoamericanos sobre las bondades de nuestra posición. ¿Para qué? ¿Alguien recuerda que hayan venido congresistas colombianos para informar a los nuestros sobre su litigio marítimo con Nicaragua? ¿No será que el propósito real es introducir el problema en la CAN, ALBA, Mercosur y Unasur para politizar la controversia a nivel regional y perturbar el espíritu de futuro y respeto mutuo que observan los gobiernos del Perú y Chile? ¿No habrá concebido estas acciones con el fin de avanzar la agenda chavista reforzada por el ingreso de Venezuela al Mercosur?

Esperemos que no, porque sería una pena que un político inteligente como JDC conduzca al Canciller por esos riesgosos laberintos en vez de que ambos se concentren en lograr, por ejemplo, algo tan importante como la aprobación parlamentaria de nuestra adhesión a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar). Ad portas de la fase oral en La Haya, el Congreso debe asumir la responsabilidad que viene esquivando desde 1982, y que nos ha dejado en la incongruente posición de ser el único signatario de la Declaración de Santiago (1952) que no es parte de la Convemar -solitaria fuente positiva del derecho que invocamos para una delimitación equitativa de la frontera marítima con Chile.

Víctimas de la miopía y el temor, los políticos han eludido esa obligación con el falso pretexto de que la Convención reduce a 12 las 200 millas del Mar de Grau. Prefieren no enterarse que las 200 millas nunca fueron de mar territorial, pues tanto el Decreto de 1947 como las Constituciones de 1979 y 1993 establecieron un "dominio marítimo" con soberanía y jurisdicción sobre los recursos naturales en las 200 millas, igual que la Convemar.

Más claro aún. Si el Perú ha pedido que se le aplique la Convención para dirimir el litigio con Chile, es obvio que la Corte delimitará la frontera marítima en cada una de las zonas instituidas por ese tratado, comenzando por el mar territorial de 12 millas. Asumamos pues, que al presentar la demanda aceptamos los espacios marítimos de la Convención. Urge entonces desempolvar el Oficio que, como Premier y Canciller, el embajador Pérez de Cuéllar envió al Congreso en mayo de 2001 con la argumentación que -siete años antes de ir a La Haya- justificaba con rigor la adhesión a la Convemar, que nuestra diplomacia contribuyó decisivamente a forjar.

NOTA DEL EDITOR
* Embajador SDR. Artículo publicado en  CORREO el 19/08/2012. Consulta el 28/08/2012.

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