LA DELIMITACIÓN MARÍTIMA
Hugo Ramírez Canaval*
El asunto de la Delimitación Marítima que
los políticos y diplomáticos debieron resolver hace más de 50 años, ahora es conocido
como el “diferendo de La Haya” el mismo que es motivo de comentarios en todo el
mundo por el alboroto que han armado los
vecinos del sur.
El diferendo es el resultado de
insalvables diferencias entre dos naciones vecinas: unos, ingenuos,
limpios de alma y muy confiados
así como también muy descuidados
con nuestros intereses; y los otros, ambiciosos y “muy prácticos”… que además, tienen una fascinación por todo lo
que tenemos los peruanos, razón por la que cada cierto tiempo anuncian que algo
de nuestro ancestral patrimonio es de ellos.
Una vez ubicados los actores, quiero
recordarle, estimado lector, el origen y el posterior desarrollo “arreglado” de los hechos.
Así, tenemos:
Una frase innecesaria incluida en el
DS Nro. 781 del 01 de Agosto de 1947 del
Presidente Bustamante y Rivero al declarar la soberanía y jurisdicción sobre
las 200 millas en el mar adyacente, señala
que “se ejercerá dicho control y protección… en una zona comprendida entre las costas
y una línea imaginaria paralela a ellas, a una distancia de doscientas millas marinas…(y en
afán de ser específicos, agrega) medida siguiendo la línea
de los paralelos geográficos.”
Esa frase inspiró en los chilenos la
posibilidad de “jugar” dándole -con
increíble audacia- la forzada interpretación de “declaración
de límites”, que luego -con la ayuda de algunos peruanos- han utilizado por tantos años para negarse a llevar a cabo la demarcación marítima.
El plan se fue armando lentamente pero
con pasos seguros, cada vez con mayor participación de nuestros confiados representantes. Así por ejemplo,
el 18 de Agosto de 1952 los representantes peruanos firmaron con los ecuatorianos
y chilenos la Declaración de Santiago anunciando al
mundo la soberanía y jurisdicción
en las 200 millas del mar contiguo. Esta
ocasión la aprovecharon para señalar que cuando hay islas cercanas a la frontera, la delimitación se hará con el paralelo del punto
en que la frontera común llega al mar… (caso
Ecuador).
Luego, en 1954 durante el acuerdo convocado
para regular la pesca de la ballena en el Pacífico Sur, propusieron que también se discuta unas reglas que permitan regular las actividades de pesca
artesanal.
En efecto, el 4 de Diciembre de 1954,
en la ciudad de Lima, durante una “Conferencia sobre explotación y conservación
de especies marinas” -que nada tenía que ver con asuntos de tratados de límites-
y debido a que “se producen con frecuencia, de modo inocente
y accidental, violaciones de la frontera marítima entre los Estados vecinos”,
se crea una “zona especial” de “10 millas de ancho a cada lado del paralelo…(Ahí debió terminar pero le agregaron) que constituye el límite marítimo entre los dos países.”
Esa frase final, nada tenía que hacer ni servía para nada relacionado con el problema de la seguridad de
los pescadores, pero la Cancillería del Perú no dijo nada para corregir. ¡Pudieron sancionar y
denunciar a los firmantes y exigir un Tratado de
Delimitación Marítima!
Es forzoso, estimado lector, que cite
otro caso grave: “olvidando” el Tratado
de 1929, unos delgados peruanos aceptaron el traslado del paralelo del Punto Concordia en la orilla del mar hasta el Hito
N°1, ubicado 260 metros tierra adentro, acta
que fue aprobada “en todos sus términos” y aceptada a nombre del Perú por el embajador Pérez de Cuellar, quien era
el Secretario General de Relaciones Exteriores en 1968. No informó al país y archivó los
documentos. Este ciudadano está ahora en el equipo peruano en La Haya y
escribe artículos en Lima, presionando que el Perú firme la Convención.
Más tarde, cuando sucedía que se producían
continuas capturas de pescadores
artesanales peruanos, en las inmediaciones de la creada línea de separación de
zonas de pesca, el gobierno peruano
invitó a resolver ese problema
construyendo cada país un faro visible a gran distancia, para formar una enfilación de orientación “en el punto en que la frontera común
llega al mar, cerca del Hito N°1”.
Chile respondió el 8 de Marzo de 1968
–después de 3 años de insistencia- aceptando la propuesta de construir tales señales
“en el punto en que la frontera común llega al mar, cerca del Hito Nº 1,” lo que se conoce como “la enfilación” de
luces en torres visibles a gran
distancia.
En el mes de Marzo, los negociadores de ambos gobiernos hablaban de
“señales en el Punto Concordia en la
orilla del mar, cerca del Hito Nº 1”, pero
el 26 de Abril de 1968, ambas delegaciones –después de varias reuniones-
firmaron un documento sobre “la misión que les ha sido encomendada
por sus respectivos gobiernos” para la instalación de marcas de enfilación visibles
desde el mar, que materialicen el paralelo
de la frontera marítima que se inicia en
el Hito Nº 1 .” ¡Traición…!
Los peruanos “olvidaron” el Tratado de
1929 y aceptaron (¿?) el traslado del inicio de la frontera desde la orilla del mar hasta el Hito N° 1, tierra adentro. Esa “gracia” está firmada por un embajador
peruano y aceptada “en todos sus
términos” a nombre del Perú -el 07 de Agosto de 1968- por el embajador Pérez de Cuellar, cuando
era Secretario General de Relaciones
Exteriores.
Ese hecho constituye el mejor
argumento de los chilenos en La Haya, y el embajador que lo proporcionó está en el equipo
peruano allá…
Sucede que nuestros vecinos sabían de
siempre que no tenían ni un solo argumento y construyeron la farsa de “los
tratados de límites”, sabiendo que por la negligencia tradicional de nuestras
autoridades, tendrían –como realmente sucedió- muchos años para explotar y sacar provecho
de nuestro rico mar. ¡Ahora alegan “ocupación histórica”!
Tan cierto es que sabían que no tienen
argumentos válidos ante ningún tribunal
internacional, que cuando en 1985 el Canciller Allan Wagner abordó al entonces Canciller chileno Jaime del Valle, dijo
que estudiarían el caso; y cuando el embajador
en Santiago conversó oficialmente con el mismo Canciller del Valle, sobre la conveniencia
de suscribir un Tratado de Límites Marítimo,
vieron que la cosa iba en serio, callaron y comenzaron a maquinar… Entraron en trance cuando el 23 de Mayo de 1986 recibieron
la Nota 50-4-M/17, con la postura oficial del Perú.
Los chilenos entraron en un “muy poco
diplomático sueño” sin que nuestra
cancillería intentase despertarlos, y 11 años después, luego de serios y detenidos estudios decidieron adherir… y el 23
de Junio de 1997, se presentaron en la ONU, por supuesto que sin ninguna nota de cortesía para informar
a los otros dos firmantes de los acuerdos de 1952 y 1954, y
procedieron a oficializar su adhesión
a la Convención del Mar, y registrar
su reserva en la que manifiestan que nunca
aceptarán tratar problemas de delimitación marítima, bajo los términos de la Convención del Mar.
Es indudable que ellos ratificaron la
Convención como la única manera de asegurarse la “no delimitación” jurídica con el
Perú. Pero para que sus conclusiones funcionen, el Perú también debería adherir, momento en
el que ellos pedirían que se nos aplique los
artículos 15, 74.4 y
83.4.
Sin embargo, ante la fuerte posibilidad
de que el Perú no adhiera, también decidieron
armarse para imponer su capricho. Esa es la explicación del porqué su carrera armamentista comenzó en1986.
Para asegurarse que el Perú adhiera,
en el año 2001 deciden “despertar” a sus amigos de la Comisión Consultiva de RR.EE.,
quienes sin empacho trabajan abiertamente
hasta estos días a favor de Chile impulsando la adhesión con
empeño digno de mejor causa… Verdad que en
lo personal les
conviene también, porque trabajan por uno de esos bien
rentados puestos internacionales para “técnicos en Convemar”.
Los chilenos decidieron mover a sus
amigos peruanos cuando son informados de
que el 9 de Enero de 2001 la
cancillería peruana había comunicado a las NN.UU.
que no existía un Tratado de Límites Marítimo
entre el Perú y Chile, razón por la que el Perú no reconocía el paralelo
como línea de
frontera…
Siguiendo con el sano empeño de
arreglar la delimitación, el Canciller del Perú Manuel Rodríguez Cuadros,
inició el actual proceso, el 19 de Julio de 2004, con una nota diplomática a la
Canciller chilena Soledad Alvear, dándole un plazo de 60 días para iniciar las conversaciones.
Ante las continuas negativas de Chile
para tratar el tema en forma seria y definitiva, alegando que los acuerdos de 1952
y 1954 son tratados de límites, el 16 de Enero de 2008 el gobierno del Perú presentó
ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el “Caso
concerniente a la delimitación marítima entre la República del Perú y la
República de Chile”, y el 19 de Marzo de 2009, se presentó la Memoria con 3 notas:
1. La frontera terrestre se inicia en
el punto Concordia y no en el Hito Nº 1.
2. La frontera marítima es una
bisectriz, y no un paralelo geográfico.
3. El triángulo exterior es parte del
mar peruano y no alta mar.
El argumento de la línea bisectriz, es
no solamente equitativo, sino que así está considerado en el Derecho
Internacional y así lo está aplicando el Tribunal Internacional de Justicia de
La Haya.
Sin embargo, en estos días somos
testigos de la forma poco patriótica en
que los “amigos de Chile” -incluidos el
agente y los abogados del Perú en La Haya-
están trabajando en Lima para que el Perú adhiera antes de la fase oral,
sabiendo que esa es la solución para Chile.
*
Contralmirante MGP. Colaborador de «Foro Geomarítimo»
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