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sábado, 28 de septiembre de 2013

Puertos de aguas profundas: desafíos geomarítimos del siglo XXI

LA "ERA DEL PACÍFICO"
Emilio Castañón Pasquel*

Desde hace ya un buen número de años, se ha hablado del advenimiento de lo que se ha dado en denominar la "Era del Pacífico". Con esto tan sólo se quiere señalar que, tal como a la "Era del Mediterráneo" había sucedido luego, como ámbito focal de la historia universal, el ámbito oceánico del Atlántico, así también el desarrollo mundial terminaría por dar paso a la "Era del Pacífico" como escenario de la más alta tónica económica del mundo.

De ello se habló ya muy expresiva e imaginativamente mucho antes de la Segunda Guerra Mundial -y más después- especialmente en Estados Unidos, desde el momento en que se comenzó a percibir que el movimiento portuario del Oeste norteamericano tenía índices cada vez más altos en comparación con los de los puertos del Atlántico; y se pensó explicablemente que en el futuro, con la incorporación de China y la India al comercio mundial, el tráfico marítimo se incrementaría en el Pacífico a nivel no conocido antes en tal Océano o en cualquier otro ámbito oceánico.

Con el correr de los años -partiendo del ámbito académico del Japón- el tema fue tomando cuerpo, con especiales repercusiones en Estados Unidos, donde -según expresiones acuñadas en ese país- se llegó a pensar que el nuevo "corral" -o "patio trasero"- de ese país, había que verlo en el Pacífico y ya no sólo en Sudamérica; empezándose así a esbozar un proyecto de "latino americanización" de dicho Océano y sus territorios; esto es, llegar a controlar los países del caso para poder atribuirles luego una determinada función en el abastecimiento de Estados Unidos; y así también, un papel particular en la orientación de la inversión foránea de este país. Esto ha implicado ya, al parecer, una gradual disminución en el interés de invertir en América Latina.

De otro lado, y ya dentro del ámbito propio de Latinoamérica, es de subrayar que el advenimiento de la Era del Pacífico ha generado por parte de Brasil y Argentina en especial, tendencias hacia la búsqueda de fórmulas para estar presentes en alguna forma sobre el litoral del Oeste sudamericano. Y así, ya dentro de este litoral, todo aquello ha inspirado en Chile en particular una hipotética política ad-hoc mediante entendimientos adecuados con Australia y Filipinas.

Dentro de todo ese proceso -en creciente aceleración al presente- el alza del precio del petróleo a partir de 1973 introdujo un nuevo factor, en cierto sentido decisivo: la necesidad de contemplar el uso de barcos de unas doscientas a trescientas mil toneladas, para que el transporte de mercaderías entre las costas del Pacífico permitiera contar con fletes razonables para tales distancias; y así, finalmente, no se concibe hoy la real aparición de la Era de ese Océano, mientras no se cuente sobre su litoral con puertos capaces de recibir aquellos barcos, y que estén dotados de equipos adecuados para cargar y descargarlos en uno, dos o tres días a lo más; esto es, "puertos de aguas profundas" (PDAP).

Según las teorías que han inspirado tal Era del Pacífico -que en realidad son más que opciones teóricas, alternativas crudamente pragmáticas- sin la aparición de los puertos de tal tipo, esa Era retrasaría su advenimiento; pero, con la aparición de ellos, cambiaría en forma casi radical la presencia o la gravitación de cada país del Pacífico dentro de esta Cuenca.

La razón básica estaría en que las rutas de las principales navieras -transoceánicas-, tenderían a desarrollarse en el futuro sólo entre aquellos grandes puertos de aguas profundas (PDAP), los que se conformarían así como áreas de almacenamiento y de reparto de mercancías, mediante un subsecuente cabotaje periférico hacia los demás puertos próximos, con lo que el abastecimiento directo de Guayaquil, por ejemplo, podría llegar a depender del puerto peruano de Bayóvar. Y algo similar podría producirse en relación a parte del norte de Chile, en cuanto al puerto de Ilo.

Pero el Perú no tiene aún planes para hacer efectiva la calidad de PDAP que potencialmente tendrían Bayóvar e Ilo. Pero, en cambio, Chile si busca convertir Antofagasta en un efectivo PDAP, pese a la seria limitación que significa para él no poseer un "hinterland" adecuado para ello.

Por esto, complementariamente, se busca en Santiago ampliar vínculos con el norte argentino, el sur de Bolivia así como con Paraguay e incluso Brasil, al efecto que el correspondiente comercio exterior se oriente hacia el Pacífico por Antofagasta.

Es de anotar que sobre el Atlántico, -en Río Grande-, Brasil tiene ya organizado un significativo puerto de Aguas profundas, que en transcontinental juego diagonal con Antofagasta, pareciera conformar parte de una estrategia para absorber geovialmente al sur de Bolivia, norte argentino y Paraguay, a todo lo ancho de esa parte del Continente.

La baja tónica portuaria de Antofagasta demoraría, por ahora, tal estrategia que separaría la parte septentrional del Cono Sur de Buenos Aires con sus vínculos tradicionales, en especial recortando el correspondiente territorio económico de ese puerto.

Como fruto de ese proceso en marcha, se ha llegado hasta prever potenciales y serias pugnas e incluso conflictos directos, entre los puertos de aguas profundas contiguas (entre Buenos Aires y Río Grande en el Atlántico y entre Ilo y Bayóvar en el Pacífico, en relación a Antofagasta y Guayaquil respectivamente), como efecto de sendas políticas contrapuestas entre ellos y por las correspondientes políticas de atracción para convertir a cada uno, en puertos terminales preferentes para las rutas marítimas del caso.

Por lo demás, esto no será algo totalmente nuevo dentro de la historia humana lo que ojalá no llegue a producirse; pero para algunos analistas ello resultaría difícil de evitar, dentro de cierta conjunción de posiciones contrapuestas. Según ello, pareciera que la "Era del Pacífico" que adviene, no será todo lo pacífica que sería de desear.


NOTA DEL EDITOR

* Académico Geopolítico. Artículo publicado en Revista de Marina, 1985, 2, 144-155.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

El pensamiento geopolítico: su evolución histórica

INTRODUCCIÓN A LA GEOPOLÍTICA
Hugo Ramírez Canaval*


Leemos y oímos con bastante frecuencia información relacionada con la moderna Ciencia Geopolítica, especialmente con frases como: estudios geopolíticos, los intereses geopolíticos, la Geopolítica de tal o cual país, la Geopolítica Mundial, etc. Asimismo, se conoce de trabajos de estudiosos interesados en esta ciencia, pero para la mayoría de nuestros Oficiales [de Marina] no se ha escrito todavía lo que podría ser una Introducción al conocimiento de la misma.
Sin la pretensión de llenar este vacío, me voy a permitir ofrecer algo de lo que he tenido la oportunidad de leer, para quienes tuvieran alguna inquietud y para incentivar a aquellos que, conociendo algo más, pueden animarse a ampliar, corregir o continuar el contenido del presente trabajo.
Considero que si el conocimiento y comprensión de lo que es la Geopolítica es interesante para cualquier ciudadano -y de hecho debe ser conocida y practicada por lo menos por quienes tienen el poder de decisión o son sus consejeros- para el Oficial de Marina es mandatorio conocer sus verdaderos alcances, no solamente porque, como veremos, tiene amplia relación con el Desarrollo y Bienestar, así como con la Defensa y Seguridad Nacional, sino también porque esta ciencia puede ser empleada -como cualquier otra rama del conocimiento- con fines interesados y nada santos, como la utilizó Hitler para sustentar el expansionismo de la Alemania nazi; y, sobre todo, porque tenemos vecinos admiradores y seguidores de esas ideas cuyas intenciones y posibilidades debemos saber analizar con la “lupa geopolítica”, que considero muy diferente de la simplemente científica, política o histórica.
El día que realicemos estudios o llevemos a cabo investigación y análisis con mentalidad geopolítica, comprenderemos cual es el verdadero futuro del Perú y el de otros países.
Así sería más fácil trabajar para alcanzar el sitial que nos corresponde por derecho histórico, por situación y condiciones geográficas, por condiciones culturales y sociológicas, por valores etnológicos, etc. En esta forma llegaremos a tomar conciencia y asumiremos el convencimiento de que el Perú tiene que ser inexorablemente el país hegemónico en la costa occidental de América del Sur, sobre todo, si solamente se trata de recuperar esa condición que perdimos por descuido.
No podemos olvidar nuestra tradición, ni permitir que otros países pretendan ocupar el vacío actual en la posición de privilegio que tuvimos desde la época de nuestros antepasados, los Incas, la misma que se mantuvo durante el Virreynato y por muchos años durante nuestra vida republicana, hasta que nos fue arrebatada temporalmente hace 100 años.
La Nación Peruana está tomando conciencia de su rol histórico, y en el país ya contamos con el Instituto Peruano de Estudios Geopolíticos y Estratégicos, del cual esperamos que su actividad se volcará a incentivar el conocimiento profundo de esta Ciencia, no solamente a nivel Instituto mismo, sino, saliendo al público con nuevas conferencias, con publicaciones para ser leídas por todos los públicos, etc., y finalmente, promoviendo su enseñanza en todos los niveles de instrucción, desde el Colegio –donde se debe dar ideas generales de su importancia y de su aplicación-, hasta las universidades, en donde sería obligatoria su enseñanza.

DEFINICIONES

El diccionario “Pequeño Larouse Ilustrado”, tan conocido nuestro, define la Geopolítica como: “Ciencia que estudia los factores geográficos, económicos y raciales de los pueblos, para determinar su política”. También nos señala que Política es: “Arte, doctrina, opinión, referente al Gobierno de los Estados, modo de dirigirnos: Política exterior, interior”. De donde resultaría, lo que todos los tratadistas han explicado, -con términos más o menos parecidos, pero con la misma intención final- que la Geopolítica se ocupa de la conducción política de los Estados en base a los factores geográficos.
Luego de estas definiciones que tenemos a la mano en los diccionarios, considero que debemos leer otras que han sido elaboradas a lo largo de los años por los estudiosos que crearon esta ciencia o por quienes se han dedicado a cultivar su conocimiento y a divulgar el resultado de sus estudios. Así tenemos que el distinguido estudioso argentino Coronel Jorge Atencio transcribe las siguientes:
-La del creador del término Geopolítica, el sueco Rudolf Kjellen (1916), que dice: “Geopolítica es la influencia de los factores geográficos, en la más amplia acepción de la palabra, sobre el desarrollo político en la vida de los pueblos y Estados”.
-La definición “oficial” del Instituto de Geopolítica que conducía el General alemán Karl Haushofer (1928), según el profesor norteamericano Hans W. Weigert, que la transcribe, dice: “Geopolítica es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos políticos con relación al suelo. Se basa sobre los amplios cimientos de la Geografía, en especial de la Geografía Política, doctrina de la estructura especial de los organismos políticos. […] La Geopolítica aspira a proporcionar las armas para la acción política, y los principios que sirvan de guía en la vida política. […]La Geopolítica debe convertirse en la conciencia geográfica del Estado”.
-La del norteamericano Weigert, aunque elaborada con parcialidad, la define como: “Geografía Política aplicada a la política de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra […] al relacionar todo desarrollo histórico con las condiciones de espacio y suelo, y al considerar la Historia misma como determinada por estas fuerzas eternas, la Geopolítica intenta predecir el futuro”.
-La del norteamericano Andreas Dorpalen, quien, sin el apasionamiento de sus contemporáneos, la define como: “La Geopolítica es una técnica política que se basa en los descubrimientos de la Geografía, especialmente de la Geografía Política, la Historia, la Antropología, la Geología, la Economía, la Sociología, la Psicología y otras muchas ciencias que, combinadas, pueden explicar una situación política determinada” […] “Infunde movimiento a estos descubrimientos, los considera como fuerzas dinámicas vivientes que ocasionan el desarrollo de los acontecimientos políticos y que, a su vez, pueden llevarse hacia direcciones definidas”. […] “La Geopolítica considera, entonces, que su misión es la de establecer los objetivos políticos y señalar el camino para alcanzarlos”.
-La del brasileño Everardo Backheuser, que dice: “Geopolítica es la política orientada en armonía con las condiciones geográficas”.
-La del Teniente Coronel del Ejército U.S.A. William R. Kintner (1947), que dice sin apasionarse: “Se puede definir la Geopolítica como la ciencia que interpreta la historia de las naciones, explicando por qué unas se hacen fuertes y otras débiles; para hacer esto, recopila la mayor cantidad de hechos geográficos y los evalúa a la luz de la Historia. De esta manera la Geopolítica provee una clave del pasado y del presente con la cual se puede conocer el futuro”. […] “Al estadista, le da las suposiciones esenciales para la conducción de la política nacional, y al militar, le revela los propósitos de una feliz estrategia”.
-La del  mejicano Dr. Jorge A. Vivó Escoto, que dice: “La Geopolítica es la ciencia que estudia las relaciones que existen entre la tierra y las instituciones políticas. El desarrollo de esta nueva disciplina está íntimamente relacionado con el de la Geografía Política”.
-Por último, la propia del estudioso argentino Jorge E. Atencio (1964) que dice: “Geopolítica es la ciencia que estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los Estados, a fin de extraer conclusiones de carácter político. Guía al estadista en la conducción de la política interna y externa del Estado y orienta al militar en la preparación de la Defensa Nacional y en la conducción estratégica; al facilitar la previsión del futuro mediante la consideración de la relativa permanencia de la realidad geográfica les permite deducir la forma concordante con esta realidad en que se pueden alcanzar los objetivos y, en consecuencia, las medidas de conducción política o estratégica convenientes”.
Aún cuando la definición me parece muy amplia, la he transcrito íntegra por respeto al autor que me permito citar, pero creo yo que estaría completa y suficiente si suprimiéramos todo lo que continua después del punto y coma (; al facilitar la previsión…etc.).
Esta serie de definiciones, unas muy cortas, otras muy extensas; unas parciales, otras integras, pero todas ellas, aún con los defectos de transcripción, permitirán que el distinguido lector interprete mejor los tres conceptos que considero indispensable especificar y reiterar:
a.     Casi todos los estudiosos la citan como ciencia, como disciplina científica, como ciencia y arte, como doctrina, etc. Por supuesto que hay quienes la califican de seudo-ciencia. Ya aclararemos nuestro parecer al respecto.
No olvidemos que el vocablo “ciencia” según nuestro diccionario más usual es:
- Conjunto de conocimientos fundados en el estudio;
- Conjunto de conocimientos relativos a un objeto determinado.
b.  Ahora podemos señalar nuestro concepto sobre el “qué” es la Geopolítica, si decimos:
       Es la ciencia que estudia los factores geográficos, analiza la realidad sociológica, los antecedentes históricos de un país y los correspondientes de los países de interés, desde el punto de vista del estadista.
c.   Luego señalaremos el “para qué” de la Geopolítica, y decimos:
De la lectura de las definiciones presentadas, y como adelanto a lo que leeremos en las próximas páginas, diremos que la Geopolítica tiene por finalidad guiar la actuación política; sirve para explicar una situación política; es útil para fundamentar la decisión estratégica del militar. Permite, no adivinar, sino prever el futuro.
Como ciencia que es, permite predecir las consecuencias de las decisiones políticas o estratégicas, y por lo tanto es un auxiliar muy útil para la toma de decisiones del Estadista. (1)

EL PENSAMIENTO GEOPOLÍTICO: SU EVOLUCIÓN

Aunque el término Geopolítica es nuevo –apenas apareció en 1916 con la obra “El Estado como forma de vida”, del sueco Rudolf  Kjellen-, los conceptos que forman parte de esta moderna ciencia son tan antiguos como los primeros intentos de formación de los Estados. Los más antiguos estudiosos de la Geografía o de la política, sin nombrar la Geopolítica, expresan ideas típicamente geopolíticas. Los gobernantes han actuado, igualmente, dentro de lo que puede llamarse un común “pensamiento geopolítico” en el sentido más sano de la moderna aceptación. Por supuesto que estos conceptos han ido evolucionando hasta que los brillantes estudiosos alemanes de fines de siglo pasado y comienzos del actual, le dieron forma. Inclusive el sueco Kjellen estuvo muy influenciado por el pensamiento científico alemán, y además era un conocido germanófilo.
Pensamiento geopolítico fue el que impulsó al Inca Túpac Yupanqui a viajar hasta la Polinesia con 20,000 guerreros en balsas, para buscar nuevos dominios; pensamiento geopolítico fue el que tenían nuestros antepasados que extendieron sus dominios a lo que hoy es la mitad de Chile, toda Bolivia, el norte de Argentina, parte de Ecuador; pensamiento geopolítico fue el que orientó las acciones en nuestra era Republicana para ocupar la selva, siendo el instrumento adecuado la Marina de Guerra, que fundó Iquitos en el siglo pasado y ocupó todos los ríos de nuestra selva; pensamiento geopolítico es el que hace que la Marina de Guerra en la actualidad establezca bases y estaciones navales en el Putumayo, en el Yavarí y últimamente en el Madre de Dios y sus afluentes. Estas son acciones por las que la Gloriosa Marina de Guerra del Perú puede sentirse orgullosa, y por las que se puede decir, también con orgullo, que nosotros los marinos hacemos geopolítica fluvial [y bioceánica] desde los mismos inicios de la República.
De la antigüedad, se recuerda al gobernante de Mileto, Aristágoras (519-490 A. C.) cuando hizo un viaje a Esparta para visitar a su rey Cleómenes en busca de apoyo, llevando un mapa hecho por Hecateo, a fin de demostrarle la posibilidad de apoderarse de muchos territorios, cada uno de ellos rico en productos distintos, que pertenecían a Darío. Esta es una muestra palpable de la influencia de los factores geográficos en la política o en la conducción de un Estado.
El historiador griego Herodoto (484-406 A. C.), de quien se dice fue el primero que hizo observaciones referentes a la influencia del medio geográfico sobre el carácter de los pueblos. Decía que Ciro no quería conquistar tierras fértiles para no ablandar el carácter de su gente, decía que la tierra áspera corresponde a un pueblo dominador. Que esto es cierto, lo hemos comprobado en nuestra historia, con la grandeza del Imperio de los Incas, que fue un pueblo dominador.
Para muchos estudiosos, el más importante teorizador del pensamiento geopolítico de la antigüedad fue Ticídides (460-395 A.C.), que escribió su famosa Historia de la Guerra del Peloponeso. Se dice que es el propugnador de lo que se conoce como “La diplomacia de los hechos consumados”; que algunas veces recurre al poder, al temor, a la coacción e incluso al ataque premeditado para imponer la política de un Estado. También tenemos experiencia sobre este tipo de política que practican otros pueblos.
Platón (429-347 A.C.), con su tratado sobre las Leyes, y Aristóteles (384-322), con su tratado sobre Política, son dos pensadores griegos, discípulos de Sócrates (470-401 A.C.). En épocas distintas, estudian temas que son dominio de la geopolítica, tales como la posición geográfica relativa de los Estados, la superficie, la población, etc. Para Platón era desfavorable para el auge de un Estado la situación marítima; en cambio para Aristóteles sí era favorable.
El griego Estrabón (63- A.C. – 25 A.C.) es otro de los pensadores que está catalogado como uno de los verdaderos precursores del pensamiento geopolítico. Vincula la sociedad con el medio ambiente, y explica por qué Roma había alcanzado tan significativo desarrollo, al señalar que la clave está en la posición central de Italia, con la vecindad de Grecia y la mejor porción de Asia. El Imperio Romano fue según Vicens Vives: “El ente geopolítico mejor definido de todos los tiempos”.
De la Edad Media no se conoce geógrafos o historiadores que merezcan ubicarse como continuadores del pensamiento geopolítico. La verdad es que en estos siglos la decadencia alcanzó hasta el mismo conocimiento geográfico.
En la Edad Moderna aparecen las primeras monarquías en Francia, Inglaterra, España, como resultado del avance de la ciencia geográfica y la evolución de las instituciones políticas, y por tanto, del pensamiento geopolítico. De esta época, se menciona a Nicolás Machiavelo (1469-1527), quien aunque toca ocasionalmente la cuestión de la base geográfica del Estado, sus escritos sobre problemas políticos ejercieron gran influencia en algunos precursores de la Geopolítica. En este primer siglo de la Edad Moderna, también se dieron los viajes y exploraciones de Cristóbal Colón, Vasco de Gama, Hernando de Magallanes, etc., que llevaron al descubrimiento de América, llegar a la India, la circunnavegación del globo, etc. Con estas contribuciones y la literatura a que dieron lugar lógicamente vinieron nuevos avances en el conocimiento de la Geografía.
Sebastián Munster (1469-1552), llamado el Estrabón de Alemania, escribe su Cosmografía, la primera obra de Geografía Descriptiva moderna, con gran número de mapas en los que hace referencia a la influencia de las condiciones naturales en las costumbres y aptitudes de los habitantes de las distintas regiones.
Después de Munster se recuerda a tres jurisconsultos y políticos, ya no precisamente geógrafos, que aportaron bases para la geopolítica. Ellos son:
El francés Jean Bodin (1520-1596), jurisconsulto, filósofo y economista, puede ser considerado “el primer geopolítico”, según el geopolítico norteamericano Andreas Dorpalen. Fue el primero que estudió sistemáticamente las relaciones entre la Geografía y el Estado, y señaló la importancia de su conocimiento para los estadistas.
Giovanni Botero (1533-1617), un italiano que redactó varios tratados en el umbral de la moderna Geografía Política, hizo hincapié en que los factores económicos gravitan en la vida de los Estados, así como en la importancia de las comunicaciones.
Francisco Tatti (1521-1586), llamado el Sansovino, abogado italiano, escribió sobre temas políticos con ideas semejantes a las de Bodin.
A pesar de los grandes descubrimientos, los geógrafos no hicieron nada de importancia en relación con la geopolítica hasta 1650, en que Bernardo Varenius (1622-1650) escribe una Geografía General, Física y Matemática, considerada muy adelantada frente a la Geografía cartográfica o descriptiva.
El francés Montesquieu (Carlos de Secondat, Barón de la Brede y de Montesquieu, 1689-1755) estudió con mucho interés la influencia geográfica sobre los hombres y dijo que: “el suelo feraz es propicio a la aristocracia y la tiranía, mientras que el estéril fomenta el ingenio, la libertad y los regímenes populares […] el clima condiciona el establecimiento de las leyes favoreciendo los grandes estados políticos en las regiones cálidas, las monarquías absolutas en las templadas y las repúblicas en las frías”.
Montesquieu decía que el estudio de la Geografía no era un fin en sí, sino un medio para adquirir el conocimiento de los aspectos geográficos que rodean a los Estados, y las relaciones entre ambos.
Recién en la Edad Contemporánea se inician los estudios sobre la Geografía Política, como consecuencia de los estudios de Kant (1724-1804) en las postrimerías de la Edad Media, quien dijo que la geografía no debía ocuparse solamente de la descripción de la naturaleza, sino que debería ampliarse hacia los aspectos etnográficos y políticos. En los comienzos de esta época, son mayormente los pensadores alemanes los que se ocupan de estos estudios.
El filósofo Juan G. Herder (1744-1803) estudia las relaciones entre la tierra y el hombre, y considera a la nación como un ser orgánico, una planta de la naturaleza. Decía que la humanidad y la tierra constituyen una unidad inseparable, siendo ésta la morada y aquella el organismo biológico dependiente de la tierra.
Alejandro Von Humboldt (1769-1859), considerado el padre de la Geografía por Estados, analiza los hechos geográficos y su relación con la vida humana y la política de los Estados.
El sistematizador del pensamiento de Humboldt fue Karl Ritter, de quien nos ocuparemos posteriormente.
Hay estudiosos que asignan papel importante en la génesis del pensamiento geopolítico alemán –sobre todo- a los filósofos Juan G. Fichte (1762-1814) que con sus discursos a la nación alemana (1808) influyó en la conformación del nacionalismo. Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831) que decía que el sujeto de la Historia es el pueblo organizado en Estado, que la historia tiene base geográfica y que el suelo influye determinando el carácter del pueblo.

FUNDAMENTOS DE LA GEOPOLÍTICA

Según el estudioso argentino Coronel Jorge E. Atencio debemos interpretar el pensamiento del creador del término Geopolítica, el sueco Kjellen, como sigue: “…las ideas fundamentales de Kjellen responden a su concepción del Estado como organismo viviente, que se manifiesta en cinco aspectos: -el territorio; -el pueblo; -la economía: -la sociedad; y –el gobierno. Kjellen empleó el vocablo Geopolitik para estudiar al primero de dichos aspectos: el territorio, de donde se induce que ‘geo’ se refería a ‘tierra’ y no a geografía. Dividió la ciencia política en cinco ramas, que tiene como objeto el estudio de cada uno de esos cinco aspectos. Consideró al territorio en lo fundamental, desde los puntos de vista de:

1.-   El espacio, el tamaño y la forma.
2.-   La situación con respecto al mar y a otros Estados.
3.-   Los cambios de situación, debido a un aumento o disminución en el poder de uno o de varios de los Estados vecinos.
4.-   La historia de las pasadas cuestiones geográficas y en papel que las mismas representan en la política exterior.

Sobre estas bases, estableció un sistema para demostrar cómo el territorio influye en la política internacional”.
Después de conocer cuál era el verdadero pensamiento del bautista de la Geopolítica, creo que nadie dudará que en el Perú se dan justamente los cuatro “puntos de vista” antes expuestos, para justificar la necesidad de cultivar en nuestro país, el interés por los conocimientos geopolíticos.
Lo verdaderamente importante del hecho de estudiar la geopolítica es que revela una gran cantidad de información obtenible que tiene valioso significado y que de otro modo no es conocida o es mal apreciada para la dirección política de un Estado. Otro valor de la Geopolítica es que desarrolla la habilidad para seguir un método de razonamiento que es altamente efectivo y que no podría ser alcanzado por el frío método científico. El punto de vista geográfico es muy útil y valioso.

LOS PRECURSORES

A pesar de que muchos estadistas, desde los albores de la civilización, han cultivado y empleado en alguna forma los conceptos conocidos hoy como geopolíticos, creo que podríamos considerar como precursores a tres hombres que en realidad permitieron que esta Ciencia alcance su partida de nacimiento.
Estos tres hombres marcan tres etapas claramente diferenciadas. Ritter dio renombre a la Antropogeografía. Ratzel, que consideró las actividades políticas de los pueblos y de los Estados, creó la Geografía Política. Finalmente, Kjellen fue el creador del término Geopolítica. Veamos algo del aporte de estos tres pensadores:

a.     Karl Ritter (1779-1859), el profesor más destacado de la Universidad de Berlín, que escribió una Geografía Comparada con la que formuló el concepto de que la geografía era la “ciencia del globo viviente”, y los continentes era los órganos primarios de ese gran organismo viviente.
Uno de sus pensamiento básicos para el perfeccionamiento de la ciencia geográfica y la aparición de la Geopolítica como tal es el siguiente: “Vendrá un tiempo en que humanos de sólida mente, por su comprensión de los aspectos morales y materiales del mundo, serán capaces de prever y orientar el futuro desarrollo de cada nación de la tierra”. Según el Coronel Atencio, Ritter afirma que los movimientos humanos y la historia de las naciones están profundamente influidos por la topografía y el clima. Sus ideas coincidieron con las de Humboldt, en cuanto a la influencia de los factores geográficos, sobre la vida de plantas, animales y aun el hombre, pero las sistematizó y luego amplió el concepto de que esta influencia incluye a las condiciones históricas.

b.     Federico Ratzel (1844-1904), científico alemán, fue considerado por algunos como “el padre de la Geopolítica alemana”, debido al interés con que se dedicó  en sus estudios a relacionar el espacio y el Estado, llegando inclusive a formular siete leyes del “crecimiento espacial de los estados”. Es el primer estudioso que consideró que en la Historia existen dos elementos de relativa permanencia: el hombre, como pueblo, como etnología; y el suelo en el más amplio sentido. Decía que ambos elementos  podrían ser objeto de investigación científica. Su obra es muy extensa, pero cabe citar sus libros Antropología cuyo primer tomo se subtitula Fundamentos de la aplicación de la Geografía a la Historia. En su segundo libro Geografía Política, que lleva por subtítulo Geografía de los Estados, del tráfico y de la guerra, estudia las influencias geográficas en la vida de los Estados. “El Estado no es concebible sin territorio”, dice. Algunos de sus principales conceptos, citados por Atencio son:

-      “Un gran espacio mantiene la vida de los Estados”.
-      “El espacio amplio es el elemento vital de toda acción política del organismo estatal”.
-      “Los factores geográficos desempeñan un papel decisivo en la vida de las naciones”.
-      “El destino de la humanidad está determinado por las leyes de la Geografía”.
-      “El espacio, el elemento en que respira el cuerpo político y en que, a impulsos de las leyes de la naturaleza, se expande y crece, se convierte en parte inseparable del organismo vivo que es el Estado; el espacio es espacio vital”.
-      “El instinto del conductor político se basa en los aspectos geográficos”.

Ratzel ha tenido muchos seguidores concientes, y otros que se aprovecharon de su prestigio para hacer interpretaciones interesadas que terminaron “fundamentando” el expansionismo de la Alemania de Hitler, y otros que, en fin, fueron terribles detractores. (2).
Aunque considera al Estado como un “organismo territorial” lo hace con la reserva importante de que no puede hacerse comparación entre los Estados y los organismos perfectos.

c.    Rodolf Kjellen (1864-1922), un jurisconsulto y político conservador sueco pero germanófilo, que se dedicó al estudio de la Ciencia Política y profundizo en la Geografía. En 1916 –en plena Primera Guerra Mundial- después de reunir sus experiencias de muchos estudios y dos obras previas, publica su obra El Estado como forma de vida. En este libro se emplea por primera vez el vocablo Geopolitik. Llamó a Ratzel, “el gran roturador del suelo virgen de la Geopolítica”, y adoptando sus ideas va más allá, pues ya no establece un paralelo entre el Estado y los organismos vivientes, sino que señala una verdadera identidad. (3)
       Define la Geopolítica como: “La ciencia del Estado como organismo geográfico y significativamente como soberanía (Reich)”.
Kjellen establece que el Medio y la Raza son esencias principales, y la Economía, la Sociedad y el Gobierno son esencias secundarias de la Geopolítica.
El Coronel Atencio nos dice que: “Kjellen dividió a la ciencia Política en cinco ramas, a saber:

-          Geopolítica, estudia el Estado como reino, como organismo o fenómeno en el espacio.
-          Ecopolítica, trata los procesos económicos del Estado.
-          Demopolítica, cuyo objeto es la población del Estado en relación con sus formas de organización política.
-          Sociopolítica, que se ocupa del estudio de la organización de la sociedad dentro de los Estados.
-          Cratopolítica, referida a la organización, gobierno y administración del Estado.

Kjelen sostenía que la fuerza de un Estado depende del grado en que están armoniosamente relacionados estos cinco aspectos de su vida”.
Consideró que el aspecto más llamativo y por lo tanto impresionante para algunas mentalidades del pensamiento del Kjellen –muy influenciado por su admiración por Alemania y sus brillantes triunfos en los campos de Europa en la Primera Guerra Mundial- es que afirmaba que el poder es el atributo más importante del Estado, decía que los Estados se elevan porque son poderosos y que se mantendrán si siguen siendo poderosos. Para Kjellen, el poder era más importante que la ley. Decía: “Si el Estado estuviera guiado simplemente por el razonamiento de la ley, carecería de las reacciones instintivas que poseen todos los demás seres vivientes. Mientras la ley proporciona la moral, elemento racional del Estado, el poder le proporciona el impulso orgánico”.
Kjellen consideraba al Estado como organismo vivo, y como tal nace, se desarrolla y muere, pudiendo volver a nacer. Esta teoría la apoyaba citando, entre otros, el Imperio Romano, el Imperio Incaico, el Imperio Austro-Húngaro, etc.
Para Kjellen: “Los Estados vitalmente fuertes, que sólo posean un espacio limitado, se deben a sí mismo el agrandar ese espacio por colonización, amalgamación o conquista”.
Decía que el espacio es el primer factor parea que un Estado sea gran potencia, y este espacio debía ser conocido, poblado y políticamente organizado.
Es innegable que estas ideas fueron las que influyeron grandemente en la mentalidad alemana de la primera post-guerra, donde la Geopolítica tuvo un desarrollo realmente extraordinario y sirvió para las interesadas interpretaciones del expansionismo nacional-socialista de Hitler. Este mal uso de la Geopolítica fue el motivo para que muchos estudiosos de esa época se erigieran en detractores y la tildaran de seudo-ciencia, útil al expansionismo y el racismo de Hitler; decían que era la metafísica del nazismo, y como tal condenable, etc. Pero muchos de esos mismos pensadores se han rectificado con honestidad y reconocen a esta ciencia en su verdadero valor y utilidad. Claro que también es cierto que aún existen entusiastas admiradores de la interpretación torcida e interesada –que como con cualquier rama del saber, es posible- y los tenemos bastante cerca.

LOS MAESTROS

Nadie que escriba o hable sobre Geopolítica podrá dejar de mencionar tres nombres que los presentamos como los maestros del pensamiento geopolítico.
El eminente geopolítico español Vicens Vives dice que fueron Mahan y Mackinder quienes primero plantearon los temas geopolíticos con envergadura adecuada. Nosotros creemos que en este grupo debería también incluirse a Haushofer. Estas tres personalidades son, en opinión nuestra los hombres que verdaderamente se podrán llamar “los impulsadores” del pensamiento geopolítico. Es verdad que los dos primeros nunca usaron el término Geopolítica, y que el tercero fue relacionado con la mentalidad expansionista de la Alemania de Hitler, pero existen muchas pruebas de que no tuvo mayor relación con el régimen, si bien fue el más grande propulsor de la Geopolítica alemana.
Presentaremos –en una síntesis adecuada al presente trabajo-, y con la ayuda de nuestros conocidos autores aspectos de la vida y accionar de estos tres hombres:

a.  Alfred Thayer Mahan (1840-1914). Este marino norteamericano, conocido como “el evangelista del Poder Marítimo”, fue el primero que escribió sobre este tema tan importante.
Me atrevo a decir que su permanencia de dos años en las costas de Sudamérica, durante la Guerra del Pacífico, influyó mucho en su pensamiento. Estando en estas aguas, le llegó el nombramiento para ser profesor de Historia Naval y Táctica Naval en la Escuela de Guerra de New Port, de la que luego fue Presidente entre 1886 y 1889. En 1890 escribió su famosa obra La influencia del Poder Naval en la Historia, 1660-1783, y en 1892 su obra La Influencia del Poder Naval en la Revolución Francesa y el Imperio 1793-1812.
Estas obras le dieron tal fama, que en 1894 fue invitado de la propia Reina Victoria de Inglaterra así del Lord del Almirantazgo; en 1895 fue huésped del Kaiser Guillermo II, así como de las Universidades de Oxford y Cambridge, y luego Harvard, Yale y Columbia.
Sus obras fueron declaradas libros de texto en las Marinas Inglesa, Alemana, Japonesa, Rusa, etc. En el pueblo inglés hicieron resurgir su fe en su “Navy”, que había perdido importancia por la preponderancia del ejército, y los ingleses tomatón conciencia de que era necesario enfrentar al poder germano que tomaba mucho auge con el Kaiser Guillermo II. En el pueblo alemán hicieron nacer los ímpetus expansionistas imitando a la Inglaterra colonialista y comenzaron a ampliar su capacidad marítima y colonialista. Mahan partió del principio de que la Historia contiene lecciones que bien utilizadas constituyen guías para el futuro, y así estudió los hechos que habían llevado al engrandecimiento de Inglaterra.
Aunque la idea del Poder Marítimo es tan antigua, como para haber sido apreciada por Tucídides, por Jerjes, por Temístocles, etc., Mahan tuvo el privilegio de haber sido quien popularizó e hizo efectiva esta doctrina.
Estableció una verdadera teoría Geopolítica sobre la importancia del Poder Marítimo en la vida y desarrollo de los pueblos. En realidad no solamente fue un excelente analista y compilador de la historia naval del mundo, sino que también fue un gran propagandista de sus propios trabajos y eximio vendedor de sus ideas, que supo exponer con consumada elocuencia, y supo llegar a las personas y a los círculos que convenía llegar con esas ideas.
Por eso fue conocido y admirado en todo el mundo.
Mahan dedujo unos elementos constitutivos del Poder Marítimo como consecuencia del estudio del caso de Inglaterra, y los señaló como:
1)    – Situación geográfica:
2)    – Configuración física, incluyendo sus recursos naturales y clima;
3)    – Extensión territorial;
4)    – Número de habitantes;
5)    – Carácter de estos habitantes;
6)    – Tipo e Gobierno, incluyendo las instalaciones nacionales que existen.

b.  Sir Halford J. Mackinder (1861-1947).- Aunque es contemporáneo del nacimiento de la Geopolítica nunca escribió sobre esta teoría; pero es considerado un verdadero geopolítico por el valor de sus ideas. Como dice Raymond Aron, Mackinder fue tal vez el estudioso que más ha contribuido a popularizar el conocimiento de la geopolítica.
En 1904 expuso ante la Real Sociedad Geográfica de Londres una conferencia, relacionada con el viejo tema de la lucha entre el poder marítimo y el terrestre, titulada “El pivote geográfico de la Historia” abordando el viejo tema de la rivalidad histórica entre Inglaterra y Rusia. Fue esta conferencia, la que acrecentó mundialmente su fama que a nivel científico ya era conocida en Europa.
Este pensador, al contrario de Mahan –sin ser un anti Mahan- pregona la importancia del Poder Central Terrestre para llamar la atención de sus compatriotas, basado en razones geográficas cuya importancia demuestra con argumentos históricos. Decía que para lograr el dominio mundial era necesario el dominio de la mayor masa continua terrestre y su población, llegando a ubicar esta área en el continente euroasiático, y la llamó “Heartland”. Creía que no era suficiente el dominar los mares como sucedía con Inglaterra. Escribió para el futuro.
Después de la Primera Guerra Mundial, encontró que su teoría de 1904 tenía vigencia y sentenció: “Quien domine Europa Oriental tendrá el control de la tierra corazón; quien controle el “heartland” dominará la Isla Mundial (Europa-Asia-África); quien domine la Isla Mundial dominará el Mundo”. Esta advertencia fue hecha para detener una futura alianza ruso-alemana, que podría –en aquella época- afectar el poderío del Imperio Británico.
Mackinder, usando una Carta  Mercator, estableció dos Áreas Marginales, rodeando el “heartland” y conformadas la interior por las Islas Británicas, continuando con Francia, Italia, Turquía, Medio Oriente, India, parte de Asia y el Japón; mientras que la exterior comienza en la costa este de los EE.UU. de N.A. y Canadá, pasa por el Atlantico, Centro de África, Mar Índico y Australia para volver a la costa occidental de EE.UU. En esta forma el “heartland” era inmune a cualquier acción del Poder Marítimo.
Pero con el tiempo se demostró que esta teoría de Mackinder no era tal si se observaba el mapa mundial en una proyección polar, la inmunidad de la Tierra Corazón no aparece tan manifiesta. Por eso se explica la actividad del coloso ruso para salir al mar y ocupar las áreas marítimas que por unos años fueron exclusividad de la Marina del Tío Sam. El Ártico no es tan inexpugnable. La U.S.N. lo ha demostrado inclusive navegando bajo el casquete polar. Con la aparición de los aviones estratégicos y los misiles, el “heartland” ya no está tan aislado. Está expuesto también (4).
Uno de los más grandes admiradores de las ideas del inglés Mackinder fue el alemán Haushofer, quien dijo que el mensaje de 1904 era “la más grande de todas las visiones geográficas mundiales”, y, antes de la Segunda Guerra Mundial, citó las ideas de Mackinder para apoyar la conveniencia de una alianza germano-rusa. “Nunca he visto nada más grande que estas pocas páginas de una obra maestra de geopolítica”, decía. Por todo esto no faltó quien dijera que el inglés Mackinder había ayudado a la fundación del militarismo nazi.
Durante la Segunda Guerra Mundial escribió Mackinder: “Consideradas todas las cosas, es inevitable la conclusión de que si la Unión Soviética sale de esta guerra como conquistadora de Alemania, debe ser clasificada como la primera Potencia terrestre del Globo. Además, será la Potencia situada en la posición estratégica defensiva más ventajosa. El Heartland es la mayor fortaleza natural de la tierra. Por primera vez en la Historia está guarnecida por una fuerza suficiente a la vez en número y en calidad”.
Los geopolíticos norteamericanos criticaron la concepción de Mackinder –inclusive Strausz Hupé la denominó la “siniestra conferencia de 1904”- por el hecho de que no le daba la importancia que tenía la entonces ya potencia mundial del continente americano. El estudioso Nicolás J. Spykman se dedicó a equiparar Norteamérica con Eurasia y en 1944 invirtió la teoría de Mackinder al sostener que el Heartland auroasitico resulta menos importante que los Rimlands (así llamó al Área Marginal de Mackinder), señalando que la cooperación entre el Poder terrestre y marítimo de los EE.UU. y Gran Bretaña, dominará la tierra orilla (Rimland), luego el Heartland y por consiguiente el Mundo entero. (Para Mackinder, los EE.UU. formaba parte del Área Marginal que rodeaba en segunda instancia al Heartland).
Veía como un peligro el que un país que no fuera los EE.UU. controlara la Tierra Orilla, y otro peligro si se daba una alianza entre Rusia y Alemania o entre China y Japón, porque así ya no sería un poder continental cerrado sino también abierto al mar. De ahí el interés de los EE.UU. en controlar con pactos la orilla atlántica del Norte y la pacífica asiática del Este y Sureste, al otro lado de su territorio, aprovechando el temor de los países de la Tierra Orilla ante el poder y la política agresiva de Rusia.

c.   Karl Haushofer (1869-1946), fue el geopolítico más destacado de entre los alemanes, y el culpable, si cabe el término, de la difusión y profundización de los estudios geopolíticos.
Los alemanes por su profunda formación científica y el antiguo interés en la Geografía Política; los franceses, ingleses y norteamericanos, en un principio por criticar sus estudios que consideraban como base del expansionismo alemán, aunque este gran estudioso no tuvo relación directa con las actividades del nazismo. Pero la controversia con sus ideas fue decisiva para los estudios y difusión de esta ciencia. Es considerado como el verdadero creador de la Geopolítica al servicio de la conducción política de un Estado. Propugnó una política a veces discutible para obtener lo que el llamó el desagravio que se debía a Alemania después de la derrota de 1918, cuando perdió también sus colonias.
El Mayor General, Profesor y Doctor Haushofer realizó una vasta obra de investigación y difusión de la ciencia Geopolítica. Su nombre está íntimamente ligado al desarrollo mundial de esta ciencia. Sus principales inspiradores fueron el alemán Ratzel, el sueco Kjellen y el inglés Mackinder de cuya teoría fue el verdadero divulgador. Fundó la “Asociación de Estudios de Geopolítica” en 1924 y difundió sus investigaciones por medio de la “Revista de Geopolítica”. Tuvo muchos discípulos en Alemania y muchos opositores en el resto del mundo. No faltaron, por supuesto, algunos admiradores de sus ideas, que como los nazis de Hitler, las interpretan interesadamente.
Haushofer, como Oficial de Estado Mayor, estableció algunas ideas centrales que se pueden resumir en la siguiente forma:

-          Necesidad de un mayor espacio para satisfacer las necesidades de la numerosa población (estaba influenciado por su experiencia en el Japón, antes que por su propia patria) y para contar con las materias primas para las industrias (el aspecto vital de Ratzel).
-          Conveniencia de que Alemania domine el oriente europeo o por lo menos tenga la hegemonía, incluso aliándose con Rusia (la teoría del Heartland de Mackinder).
-          Ampliación del territorio mediante amalgamación o conquista de las naciones del oriente europeo para enfrentar el crecimiento natural del Estado alemán (teoría de Kjellen).

Lo más notorio de la Geopolítica de Haushofer -General y profesor, soldado y político- es su adhesión a la teoría de Mackinder, puesto que era un estudioso inglés quien le daba pie para fundamentar sus ideas del Poder en los grandes espacios geográficos terrestres. También era notoria su simpatía, y por supuesto bastante lógica, por las ideas de Kjellen para considerar el Estado como un organismo vivo.

GEOPOLÍTICA Y GEOGRAFÍA POLÍTICA

Es necesario establecer que estas dos ciencias son diferentes. Cuando presentamos los Fundamentos del Pensamiento Geopolítico, dijimos que parecía que Kjellen había usado la raíz ‘Geo’ refiríendose a la ‘tierra’, y no a la geografía, cuando creó la palabra Geopolítica. Para él la Geopolítica no era una rama de la Geografía, sino del Derecho Político. Para el propio Weigert, son diferentes, porque son dos estados sucesivos de la misma disciplina científica, que en todo caso intenta predecir el futuro de la vida de las naciones.
Hay muchos estudiosos que consideran que la Geopolítica no es más que un término nuevo para la Geografía Política.
En la época del nacimiento de esta palabra, sobre todo en Alemania, se le utilizaba por comodidad y por ser más llamativa que la combinación “político-geográfico”. Por este motivo, desde los mismos comienzos, se creó una confusión  entre la Geopolítica y la Geografía Política. Otros decían que la Geopolítica era una aplicación de la Geografía Política. Otros, simplemente no quisieron emplear el término moderno y siguieron usando el de Geografía Política.
Los franceses, británicos y norteamericanos habían cultivado la Geografía Política en el sentido que le había dado Ratzel, quien era básicamente un geógrafo.
Como es conveniente y preciso comenzar por revisar el origen, o sea la Geografía, diremos que una clasificación de la Geografía bastante lógica y aceptada es la que considera que se dan [:] una rama Geográfica de los fenómenos naturales y otra de los fenómenos culturales. La Geografía de los fenómenos naturales incluye la Geografía Física, la de los suelos, la Biogeografía, la humana, etc. todas estas en base a la Física. La Geografía de los fenómenos culturales abarca la Geografía cultural, la social, la económica y la política.
De la relación de las ciencias naturales con la Geografía surgieron la Geofísica (Hidrología, Tectónica, Geodesia, Meteorología, Electricidad; la Geoquímica, la Geobiología, la Geoantropología, etc.).
Según nuestro conocido Coronel Atencio: “La Geopolítica es, en su acepción actual, una ciencia que, por su base geográfica, se ha considerado como una de las geociencias, y por su finalidad se relaciona con la Ciencia Política; en cambio, la Geografía Política es una parte o subdivisión de la Geografía General o sistemática”.
“La Geografía Política enseña cómo la superficie de la tierra ha sido dividida por el hombre, el cual, en cuanto ser social, está dentro de las instituciones políticas, respondiendo unas veces a su voluntad de constituirse en estados soberanos […] las formas de gobierno establecidas dentro de determinada jurisdicción […] y en cada estado o nación, las particularidades etnográficas, religiosas, idiomáticas, culturales, ideológicas que caracterizan a la sociedad humana que habita en su territorio”.
“Por el contrario, la Geopolítica, al estudiar las relaciones entre la tierra y las instituciones y vida política, con la finalidad de extraer conclusiones útiles para orientar o guiar la política, tiene que ser forzosamente dinámica, más para ello debe partir necesariamente del conocimiento de la realidad actual de las condiciones geográficas-políticas. De aquí que una de sus bases sea el conocimiento de la Geografía Política”.
Tal vez sea más contundente, para explicar las diferencias, el pensamiento de un alemán, Lautensach, quien en 1925 aseguró que la actitud mental del Geopolítico era dinámica, mientras que la del geógrafo político era estática.
Esta feliz y oportuna distinción fue recogida por muchos estudiosos, y en 1934 los geopolíticos alemanes R. Hennig y L. Korholz, para confirmar la diferencia entre estas dos ciencias, decían: “La Geopolítica y la Geografía Política no son la misma cosa aunque tengan muchos puntos de contacto. La Geografía Política trata de la forma y división política de los Estados en determinada época, es decir, de una situación estable; la Geopolítica, en cambio, indaga los movimientos en los sucesos estatales, los que acarrean cambios, alteraciones y transformaciones de situaciones excitantes y estudia los resultados que de aquellos derivan.
La Geografía Política traza cuadros semejantes a vistas fotográficas; la Geopolítica, en cambio, evidencia las fuerzas motrices a manera de un filme”.
Otro estudioso alemán, Otto Maull, dice, entre otras cosas: “La Geopolítica estudia las necesidades de un Estado en cuanto al espacio, mientras que la Geografía Política examina solamente las condiciones del espacio de un Estado. Continua: “en suma: la Geografía Política se limita a una descripción estática del Estado, que bien puede incluir el estudio de su anterior desarrollo dinámico. La Geopolítica, por el contrario, es una disciplina que pesa y evalúa una situación determinada y que, basándose en sus conclusiones, trata de dirigir la política práctica”.
El español Vicens Vives, en 1940, aceptando el mismo principio de Lautensach, decía: “La Geografía Política es la estática de la configuración y distribución actual […] La Geografía Histórica es la Geografía Política de cada una de las épocas pasadas […] ambas representan un punto de descanso, de muerte. La Geopolítica es siempre vida, es movimiento, cambio y transformación; la actualidad geopolítica sólo interesa en función de las fuerzas que actuaron ayer o como plataforma de los sucesos que acontecerán mañana. He aquí expresada en dos palabras la esencia íntima de la Geopolítica: Síntesis y Vida”.

CONCLUSIONES

De esta extensa exposición, parecería que la Geopolítica ha sido creada para efectos de dominación mundial. Es que realmente esa ha sido la mentalidad de los estudiosos que se dedicaron a difundirla o a aplicarla. Pero en el camino hacia esa capacidad de dominación estaba involucrado el requisito de elevar o mantener el Potencial Nacional del país interesado por encima del de los demás. Adquirir Poder. Este esfuerzo exige y presupone el conocimiento del territorio propio y circundante, el conocimiento de las capacidades de la población, el conocimiento de la historia pasada, las posibilidades económicas, etc., y una serie de actividades que serán reguladas por la decisión política.
Pero no debemos quedarnos con la idea de que la Geopolítica es útil solamente para los propósitos de dominación de los países grandes. También es útil para los fines de supervivencia de los países chicos frente a otros chicos.
No hemos extendido en la presentación, con la intención de fundamentar el interés que creemos tiene para nuestro país, así como para todos los países en desarrollo, por la importancia universal que tiene y por el tiempo que viene siendo estudiada y aplicada. Porque creemos que para justificar la venta de una idea, debe exhibirse los pergaminos que respaldan cualquier afirmación.
Ahora si podemos decir que la Geopolítica nos interesa como un medio de crear conciencia y fomentar la elevación de nuestra capacidad humana. Tenemos el historial brillante de un pueblo que en el pasado dio amplias muestras de esa “eficiencia colectiva” de que habla el distinguido maestro Dr. Castañón Pasquel. Un pueblo que dio la cultura más avanzada de América en su época, y, en muchos aspectos, fue la más adelantada del mundo.
Entonces no será difícil para nosotros alcanzar el desarrollo que nos corresponde por derecho. Es la tarea histórica que nos toca cumplir. Nos remitimos a una opinión muy valiosa y autorizada para nosotros. El Dr. Castañón Pasquel dice: “…podría llegar a decirse que, para los países más desarrollados, la Geopolítica sería una disciplina sólo útil para su estrategia internacional de dominación. Pero esto no implica que no pueda ser útil también para los países en vías de desarrollo para su propia estrategia interna de promoción y progreso”. Continua el maestro: “Al presente, la Geopolítica parece estar dando lecciones a países ‘grandes’ como a países ‘chicos’: mientras en unos pule o perfecciona su sentido de penetración o ataque, en los otros hace madurar su sentido de cohesión interna y defensa”. –“La Geopolítica - ya sea en la paz  o en la guerra; ya sea a nivel nacional o internacional- busca y precisa en todo caso ‘fórmulas concretas de eficiencia colectiva’. Eficiencia hacia adentro y hacia afuera; y por supuesto que ésta última no es sino resultante de la primera”.
Esa será la tarea de una Geopolítica Peruana. Analizar nuestras condiciones geográficas, estudiar nuestra historia con un sentido crítico y no meramente descriptivo; estudiar y analizar nuestras calidades humanas, nuestro ancestro y sus valores -tenemos valores de raza que hemos olvidado-; estudiar nuestras posibilidades económicas -tenemos las mejores de esta parte del mundo-: en fin, hay mucho que hacer.
Todo esto, para delinear el mejor sistema de “eficiencia colectiva” y el camino más apropiado para lograr esa cohesión interna que tan falta nos hace. Una vez logrado esto, será difícil que este Perú nuestro pueda volver a ser sorprendido como hace cien años.
Una tarea primaria e inmediata que debe cumplir todo dirigente político o conductor de opinión en el Perú, así como también el propio Gobierno, es despertar los valores propios de nuestro pueblo. No tenemos que aprender de otros. No tenemos nada que importar. Las dos razas que nos han dado origen, han sido razas triunfadoras, pueblos dominadores, guerreros expansionistas, pero asimiladores, no depredadores, muy superiores, aptos para llevar la cultura y el avance científico a los pueblos que dominaban. Así eran los Incas. Así fueron los españoles. Ese es nuestro ancestro. Acá no necesitamos de las ideas de Ratzell, de Kjellen, de Haushofer, de Hitler, de los nazis, racistas, etc., para  pretender erigir un pueblo grande, como sucede con algunas mentalidades que conocemos en Sudamérica. El Perú, con su ancestro y con lo que tiene, solamente necesita dejar de ser “el mendigo” y ponerse a explotar su “banco de oro”.

MI DEFINICIÓN

Considero que la Geopolítica no solamente debe estudiar los factores geográficos para guiar la decisión política, ni la influencia de los factores geográficos en la vida de los pueblos.
Especialmente en el caso del Perú, la Geopolítica debe basarse en el conocimiento de nuestros factores geográficos, nuestros antecedentes históricos y nuestros valores étnicos.
Debemos tener presente cuántas desmembraciones territoriales hemos sufrido en el transcurso de nuestra historia. Cuántas ambiciones pueden despertar nuestras riquezas. Cuáles son esas riquezas y dónde están ubicadas.
Cuáles son los valores de nuestras razas de origen. Cuáles son las costumbres. Cuáles son las intenciones y cuáles las posibilidades de nuestros vecinos. Todo este conocimiento científico debe ser conjugado con nuestros Objetivos Nacionales y trabajado por personas responsables en los más altos niveles académicos y de investigación, tanto para el asesoramiento como para la toma de decisiones propias en el campo político.
Creo que una Geopolítica Peruana no puede soslayar un profundo conocimiento de nuestra historia, ni la realidad de nuestra ubicación en el Mundo y en el Continente Americano, así como la realidad de países vecinos, y de otros que interese; tampoco puede soslayar el estudio de nuestras realidades socio-política y socio-económica, y finalmente la realidad étnica, con las costumbres y tradiciones de nuestro variado conglomerado humano, así como el ímpetu viril de ese pueblo que ahora eclosiona muchas veces en forma equívoca pero altiva.
Esta realidad es un avance positivo que no podemos dejar de lado. Solamente falta canalizar convenientemente la altivez de este pueblo. Las generaciones nuevas en el Perú están dando muestras de que hemos recuperado la clase que por siglos ha exhibido el pueblo peruano. Una vez  canalizado todo ese ímpetu ancestral, debemos volver al sitial que siempre ocupamos en el concierto de naciones hispano-americanas, y aún antes, cuando los Incas dominaban –en el mejor sentido de la palabra- gran parte del Continente Sudamericano. Por todo esto, yo definiría la Geopolítica, como:
“La ciencia que estudia los factores geográficos, analiza la sociedad humana y los antecedentes históricos de un país para conjugar todo esto con los Objetivos Nacionales propios, a fin de orientar y fundamentar las decisiones de carácter político”.



NOTAS

(1)   Jorge E. Atencio, en su obra “Qué es la Geopolítica”, dice: “Podemos concretar los propósitos de la Geopolítica entre nosotros en la siguiente forma:

1°) Proporcionar sólidos conocimientos sobre las influencias de  los factores geográficos en la vida y evolución de nuestro Estado, y de otros, que tengan relación con nuestros problemas políticos, sociales y económicos.
2°)  Brindar bases para adquirir un conocimiento global de los asuntos internacionales, en especial de los que giran alrededor de la Geografía y de la política.
3°)  Hace conocer los conceptos geopolíticos foráneos y enseña a desechar, por exóticos y no aplicables a nuestro medio, aquellos que estén en pugna con nuestra doctrina en materia de derecho internacional o que no convengan a nuestras realidades y posibilidades.
4°)  Crear una conciencia geográfica y geopolítica que esté acorde con los objetivos políticos nacionales, cuya acción se manifiesta en el interés por el estudio e investigación de estas disciplinas, como medio para lograr la idoneidad necesaria a fin de poder extraer de ellas las útiles conclusiones que, indudablemente, pueden proporcionarnos.

(2)   El Coronel Atencio dice: “Se le hacen estas imputaciones sin tener en cuenta que él rechazó expresamente la identidad entre el Estado y el ser biológico y ponderó la acción que el hombre puede desarrollar para modificar el medio geográfico”. Luego dice: “También es cierto que su pensamiento fue deformado y aprovechado con finalidades políticas, dando origen, en el terreno científico, a francos deterministas y, en lo político, a nacionalistas, imperialistas y expansionistas, que en su patria dieron bases para una actuación política que condujo, después de dos guerras mundiales, al desastre de Alemania. Entre ellos se destacaron von Treitsche, Neumann y Rohrbach.
-    Manuel García de Miranda, Catedrático de Geografía, en la conferencia “De Ratzel a Bruhes” en la Cátedra “General Palafox” dice: “Ratzel ha tenido, pues, como en la parábola del Sembrador, apóstatas y fariseos, discípulos y profanadores. A esta cantera han venido a encontrar materiales con ánimo diferente los geopolíticos, en no todo es nocivo…”.- “El sentido del espacio y la necesidad de ampliarlo, Volk ohne Raum, pueblo sin espacio, el ímpetu de la conquista, no es la esencia de la doctrina ratzeliana; tampoco esa frase de que la guerra sea pasear su expansión por la frontera […] ya que de ser así resultaría inútil de mencionar die echte Grence, la frontera justa. Este objetivo, por otra parte, no es geográfico exclusivamente”.

(3)  El Coronel Atencio cita los siguientes conceptos de Kjellen: “El Estado no es una conglomeración accidental o artificial de vida humana que se mantiene de fórmulas por medios legales; está profundamente arraigado en realidades históricas y afectivas, crece orgánicamente, es una entidad del mismo tipo fundamental que el hombre individualmente considerado; en una palabra, es una evolución biológica o un ser viviente”.
“Como tal, los Estados están sujetos a la ley del crecimiento. Los Estados vigorosos y llenos de vida, que cuentan con un espacio limitado, obedecen al categórico imperativo de extender su espacio ya sea por colonización, amalgamación o conquista”.
“…el Estado no se ocupa de sus varias actividades (educación, obra social, etc.) con propósitos éticos o por el interés de sus ciudadanos, sino en su propio beneficio para fortalecer interior y exteriormente, para tener poder”.

(4)  El Dr. Luis García Arias, Director de la Cátedra “General Palafox”, en una conferencia sobre Mackinder y el Heartland, dice sobre el pensamiento de Mackinder: “…en definitiva, para triunfar, una talasocracia debe extender su dominio en dirección a la periferia continental, disponiendo de cabezas de frente, generalmente posiciones estratégicas insulares, peninsulares, y buscando diplomáticamente la creación de un equilibrio continental que impida la hegemonía de la Gran Potencia epiregráfica. Si ello no se realiza, y el Poder continental logra concentrar recursos humanos y materiales superiores y se apodera de las bases periféricas asomándose al océano, anulando así el sea-power, o bien creando su propio sea-power rival, la victoria es suya. Pero este resultado final no es posible más que si una masa continental homogénea y fuerte alcanza ampliamente los océanos”.


BIBLIOGRAFIA


  1. Qué es la Geopolítica: Jorge E. Atencio.
  2. Tratado General de Geopolítica: J. Vicens Vives.
  3. Introducción a la Geopolítica: Fernando Frade Merino
  4. Geopolítica y Geoestrategia Americana: Justo P. Briano.
  5. Geopolítica y Geoestrategia: Pierre Celerier.
  6. Geopolítica y Geoestrategia: Conferencias de la Cátedra “General Palafox” de Cultura Militar.- Zaragoza.
  7. Geopolítica: Conferencias en la Escuela Superior de Guerra Naval. Dr. Emilio Castañón Pasquel.


NOTA DEL EDITOR

* Contralmirante MGP. Colaborador de «ForoGeomarítimo» Artículo publicado en Revista de Marina, Vol. 361, N° 1, Enero-Febrero, 1979.