Hugo
Ramírez Canaval*
Leemos y oímos con bastante frecuencia
información relacionada con la moderna Ciencia Geopolítica, especialmente con
frases como: estudios geopolíticos, los intereses geopolíticos, la Geopolítica
de tal o cual país, la Geopolítica Mundial, etc. Asimismo, se conoce de
trabajos de estudiosos interesados en esta ciencia, pero para la mayoría de
nuestros Oficiales [de Marina] no se ha escrito todavía lo que podría ser una
Introducción al conocimiento de la misma.
Sin la pretensión de llenar este vacío, me
voy a permitir ofrecer algo de lo que he tenido la oportunidad de leer, para
quienes tuvieran alguna inquietud y para incentivar a aquellos que, conociendo
algo más, pueden animarse a ampliar, corregir o continuar el contenido del
presente trabajo.
Considero que si el conocimiento y
comprensión de lo que es la Geopolítica es interesante para cualquier ciudadano
-y de hecho debe ser conocida y practicada por lo menos por quienes tienen el
poder de decisión o son sus consejeros- para el Oficial de Marina es mandatorio
conocer sus verdaderos alcances, no solamente porque, como veremos, tiene
amplia relación con el Desarrollo y Bienestar, así como con la Defensa y
Seguridad Nacional, sino también porque esta ciencia puede ser empleada -como
cualquier otra rama del conocimiento- con fines interesados y nada santos, como
la utilizó Hitler para sustentar el expansionismo de la Alemania nazi; y, sobre
todo, porque tenemos vecinos admiradores y seguidores de esas ideas cuyas
intenciones y posibilidades debemos saber analizar con la “lupa geopolítica”,
que considero muy diferente de la simplemente científica, política o histórica.
El día que realicemos estudios o llevemos a
cabo investigación y análisis con mentalidad geopolítica, comprenderemos cual
es el verdadero futuro del Perú y el de otros países.
Así sería más fácil trabajar para alcanzar el
sitial que nos corresponde por derecho histórico, por situación y condiciones
geográficas, por condiciones culturales y sociológicas, por valores
etnológicos, etc. En esta forma llegaremos a tomar conciencia y asumiremos el
convencimiento de que el Perú tiene que ser inexorablemente el país hegemónico
en la costa occidental de América del Sur, sobre todo, si solamente se trata de
recuperar esa condición que perdimos por descuido.
No podemos olvidar nuestra tradición, ni
permitir que otros países pretendan ocupar el vacío actual en la posición de
privilegio que tuvimos desde la época de nuestros antepasados, los Incas, la
misma que se mantuvo durante el Virreynato y por muchos años durante nuestra
vida republicana, hasta que nos fue arrebatada temporalmente hace 100 años.
La Nación Peruana está tomando conciencia de
su rol histórico, y en el país ya contamos con el Instituto Peruano de Estudios
Geopolíticos y Estratégicos, del cual esperamos que su actividad se volcará a
incentivar el conocimiento profundo de esta Ciencia, no solamente a nivel
Instituto mismo, sino, saliendo al público con nuevas conferencias, con
publicaciones para ser leídas por todos los públicos, etc., y finalmente,
promoviendo su enseñanza en todos los niveles de instrucción, desde el Colegio
–donde se debe dar ideas generales de su importancia y de su aplicación-, hasta
las universidades, en donde sería obligatoria su enseñanza.
DEFINICIONES
El diccionario “Pequeño Larouse Ilustrado”,
tan conocido nuestro, define la Geopolítica como: “Ciencia que estudia los
factores geográficos, económicos y raciales de los pueblos, para determinar su
política”. También nos señala que Política es: “Arte, doctrina, opinión,
referente al Gobierno de los Estados, modo de dirigirnos: Política exterior,
interior”. De donde resultaría, lo que todos los tratadistas han explicado,
-con términos más o menos parecidos, pero con la misma intención final- que la
Geopolítica se ocupa de la conducción política de los Estados en base a los factores
geográficos.
Luego de estas definiciones que tenemos a la
mano en los diccionarios, considero que debemos leer otras que han sido
elaboradas a lo largo de los años por los estudiosos que crearon esta ciencia o
por quienes se han dedicado a cultivar su conocimiento y a divulgar el
resultado de sus estudios. Así tenemos que el distinguido estudioso argentino
Coronel Jorge Atencio transcribe las siguientes:
-La del creador del término Geopolítica, el
sueco Rudolf Kjellen (1916), que dice: “Geopolítica es la influencia de los
factores geográficos, en la más amplia acepción de la palabra, sobre el
desarrollo político en la vida de los pueblos y Estados”.
-La definición “oficial” del Instituto de
Geopolítica que conducía el General alemán Karl Haushofer (1928), según el
profesor norteamericano Hans W. Weigert, que la transcribe, dice: “Geopolítica
es la ciencia que trata de la dependencia de los hechos políticos con relación
al suelo. Se basa sobre los amplios cimientos de la Geografía, en especial de
la Geografía Política, doctrina de la estructura especial de los organismos
políticos. […] La Geopolítica aspira a proporcionar las armas para la acción
política, y los principios que sirvan de guía en la vida política. […]La
Geopolítica debe convertirse en la conciencia geográfica del Estado”.
-La del norteamericano Weigert, aunque
elaborada con parcialidad, la define como: “Geografía Política aplicada a la
política de poder nacional y a su estrategia de hecho en la paz y en la guerra
[…] al relacionar todo desarrollo histórico con las condiciones de espacio y
suelo, y al considerar la Historia misma como determinada por estas fuerzas
eternas, la Geopolítica intenta predecir el futuro”.
-La del norteamericano Andreas Dorpalen,
quien, sin el apasionamiento de sus contemporáneos, la define como: “La
Geopolítica es una técnica política que se basa en los descubrimientos de la
Geografía, especialmente de la Geografía Política, la Historia, la
Antropología, la Geología, la Economía, la Sociología, la Psicología y otras
muchas ciencias que, combinadas, pueden explicar una situación política
determinada” […] “Infunde movimiento a estos descubrimientos, los considera
como fuerzas dinámicas vivientes que ocasionan el desarrollo de los
acontecimientos políticos y que, a su vez, pueden llevarse hacia direcciones
definidas”. […] “La Geopolítica considera, entonces, que su misión es la de
establecer los objetivos políticos y señalar el camino para alcanzarlos”.
-La del brasileño Everardo Backheuser, que
dice: “Geopolítica es la política orientada en armonía con las condiciones
geográficas”.
-La del Teniente Coronel del Ejército U.S.A.
William R. Kintner (1947), que dice sin apasionarse: “Se puede definir la
Geopolítica como la ciencia que interpreta la historia de las naciones,
explicando por qué unas se hacen fuertes y otras débiles; para hacer esto,
recopila la mayor cantidad de hechos geográficos y los evalúa a la luz de la
Historia. De esta manera la Geopolítica provee una clave del pasado y del
presente con la cual se puede conocer el futuro”. […] “Al estadista, le da las
suposiciones esenciales para la conducción de la política nacional, y al
militar, le revela los propósitos de una feliz estrategia”.
-La del
mejicano Dr. Jorge A. Vivó Escoto, que dice: “La Geopolítica es la
ciencia que estudia las relaciones que existen entre la tierra y las
instituciones políticas. El desarrollo de esta nueva disciplina está
íntimamente relacionado con el de la Geografía Política”.
-Por último, la propia del estudioso
argentino Jorge E. Atencio (1964) que dice: “Geopolítica es la ciencia que
estudia la influencia de los factores geográficos en la vida y evolución de los
Estados, a fin de extraer conclusiones de carácter político. Guía al estadista
en la conducción de la política interna y externa del Estado y orienta al
militar en la preparación de la Defensa Nacional y en la conducción
estratégica; al facilitar la previsión del futuro mediante la consideración de
la relativa permanencia de la realidad geográfica les permite deducir la forma
concordante con esta realidad en que se pueden alcanzar los objetivos y, en
consecuencia, las medidas de conducción política o estratégica convenientes”.
Aún cuando la definición me parece muy
amplia, la he transcrito íntegra por respeto al autor que me permito citar,
pero creo yo que estaría completa y suficiente si suprimiéramos todo lo que continua
después del punto y coma (; al facilitar la previsión…etc.).
Esta serie de definiciones, unas muy cortas,
otras muy extensas; unas parciales, otras integras, pero todas ellas, aún con
los defectos de transcripción, permitirán que el distinguido lector interprete
mejor los tres conceptos que considero indispensable especificar y reiterar:
a.
Casi
todos los estudiosos la citan como ciencia, como disciplina científica, como
ciencia y arte, como doctrina, etc. Por supuesto que hay quienes la califican
de seudo-ciencia. Ya aclararemos nuestro parecer al respecto.
No olvidemos que el
vocablo “ciencia” según nuestro diccionario más usual es:
- Conjunto de
conocimientos fundados en el estudio;
- Conjunto de
conocimientos relativos a un objeto determinado.
b. Ahora podemos señalar nuestro concepto sobre
el “qué” es la Geopolítica, si decimos:
Es la ciencia que estudia los factores
geográficos, analiza la realidad sociológica, los antecedentes históricos de un
país y los correspondientes de los países de interés, desde el punto de vista
del estadista.
c. Luego señalaremos el “para qué” de la
Geopolítica, y decimos:
De la
lectura de las definiciones presentadas, y como adelanto a lo que leeremos en
las próximas páginas, diremos que la Geopolítica tiene por finalidad guiar la
actuación política; sirve para explicar una situación política; es útil para
fundamentar la decisión estratégica del militar. Permite, no adivinar, sino
prever el futuro.
Como
ciencia que es, permite predecir las consecuencias de las decisiones políticas
o estratégicas, y por lo tanto es un auxiliar muy útil para la toma de
decisiones del Estadista. (1)
EL
PENSAMIENTO GEOPOLÍTICO: SU EVOLUCIÓN
Aunque el término Geopolítica es nuevo
–apenas apareció en 1916 con la obra “El Estado como forma de vida”, del sueco
Rudolf Kjellen-, los conceptos que
forman parte de esta moderna ciencia son tan antiguos como los primeros
intentos de formación de los Estados. Los más antiguos estudiosos de la
Geografía o de la política, sin nombrar la Geopolítica, expresan ideas
típicamente geopolíticas. Los gobernantes han actuado, igualmente, dentro de lo
que puede llamarse un común “pensamiento geopolítico” en el sentido más sano de
la moderna aceptación. Por supuesto que estos conceptos han ido evolucionando
hasta que los brillantes estudiosos alemanes de fines de siglo pasado y
comienzos del actual, le dieron forma. Inclusive el sueco Kjellen estuvo muy
influenciado por el pensamiento científico alemán, y además era un conocido
germanófilo.
Pensamiento geopolítico fue el que impulsó al
Inca Túpac Yupanqui a viajar hasta la Polinesia con 20,000 guerreros en balsas,
para buscar nuevos dominios; pensamiento geopolítico fue el que tenían nuestros
antepasados que extendieron sus dominios a lo que hoy es la mitad de Chile,
toda Bolivia, el norte de Argentina, parte de Ecuador; pensamiento geopolítico
fue el que orientó las acciones en nuestra era Republicana para ocupar la selva,
siendo el instrumento adecuado la Marina de Guerra, que fundó Iquitos en el
siglo pasado y ocupó todos los ríos de nuestra selva; pensamiento geopolítico
es el que hace que la Marina de Guerra en la actualidad establezca bases y
estaciones navales en el Putumayo, en el Yavarí y últimamente en el Madre de
Dios y sus afluentes. Estas son acciones por las que la Gloriosa Marina de
Guerra del Perú puede sentirse orgullosa, y por las que se puede decir, también
con orgullo, que nosotros los marinos hacemos geopolítica fluvial [y
bioceánica] desde los mismos inicios de la República.
De la antigüedad, se recuerda al gobernante
de Mileto, Aristágoras (519-490 A. C.) cuando hizo un viaje a Esparta para
visitar a su rey Cleómenes en busca de apoyo, llevando un mapa hecho por
Hecateo, a fin de demostrarle la posibilidad de apoderarse de muchos
territorios, cada uno de ellos rico en productos distintos, que pertenecían a
Darío. Esta es una muestra palpable de la influencia de los factores
geográficos en la política o en la conducción de un Estado.
El historiador griego Herodoto (484-406 A.
C.), de quien se dice fue el primero que hizo observaciones referentes a la
influencia del medio geográfico sobre el carácter de los pueblos. Decía que
Ciro no quería conquistar tierras fértiles para no ablandar el carácter de su
gente, decía que la tierra áspera corresponde a un pueblo dominador. Que esto
es cierto, lo hemos comprobado en nuestra historia, con la grandeza del Imperio
de los Incas, que fue un pueblo dominador.
Para muchos estudiosos, el más importante
teorizador del pensamiento geopolítico de la antigüedad fue Ticídides (460-395
A.C.), que escribió su famosa Historia de la Guerra del Peloponeso. Se dice que
es el propugnador de lo que se conoce como “La diplomacia de los hechos
consumados”; que algunas veces recurre al poder, al temor, a la coacción e
incluso al ataque premeditado para imponer la política de un Estado. También
tenemos experiencia sobre este tipo de política que practican otros pueblos.
Platón (429-347 A.C.), con su tratado sobre
las Leyes, y Aristóteles (384-322), con su tratado sobre Política, son dos
pensadores griegos, discípulos de Sócrates (470-401 A.C.). En épocas distintas,
estudian temas que son dominio de la geopolítica, tales como la posición
geográfica relativa de los Estados, la superficie, la población, etc. Para
Platón era desfavorable para el auge de un Estado la situación marítima; en
cambio para Aristóteles sí era favorable.
El griego Estrabón (63- A.C. – 25 A.C.) es
otro de los pensadores que está catalogado como uno de los verdaderos
precursores del pensamiento geopolítico. Vincula la sociedad con el medio
ambiente, y explica por qué Roma había alcanzado tan significativo desarrollo,
al señalar que la clave está en la posición central de Italia, con la vecindad
de Grecia y la mejor porción de Asia. El Imperio Romano fue según Vicens Vives:
“El ente geopolítico mejor definido de todos los tiempos”.
De la Edad Media no se conoce geógrafos o
historiadores que merezcan ubicarse como continuadores del pensamiento
geopolítico. La verdad es que en estos siglos la decadencia alcanzó hasta el
mismo conocimiento geográfico.
En la Edad Moderna aparecen las primeras
monarquías en Francia, Inglaterra, España, como resultado del avance de la ciencia
geográfica y la evolución de las instituciones políticas, y por tanto, del
pensamiento geopolítico. De esta época, se menciona a Nicolás Machiavelo
(1469-1527), quien aunque toca ocasionalmente la cuestión de la base geográfica
del Estado, sus escritos sobre problemas políticos ejercieron gran influencia
en algunos precursores de la Geopolítica. En este primer siglo de la Edad
Moderna, también se dieron los viajes y exploraciones de Cristóbal Colón, Vasco
de Gama, Hernando de Magallanes, etc., que llevaron al descubrimiento de
América, llegar a la India, la circunnavegación del globo, etc. Con estas
contribuciones y la literatura a que dieron lugar lógicamente vinieron nuevos
avances en el conocimiento de la Geografía.
Sebastián Munster (1469-1552), llamado el
Estrabón de Alemania, escribe su Cosmografía, la primera obra de Geografía
Descriptiva moderna, con gran número de mapas en los que hace referencia a la
influencia de las condiciones naturales en las costumbres y aptitudes de los
habitantes de las distintas regiones.
Después de Munster se recuerda a tres
jurisconsultos y políticos, ya no precisamente geógrafos, que aportaron bases
para la geopolítica. Ellos son:
El francés Jean Bodin (1520-1596),
jurisconsulto, filósofo y economista, puede ser considerado “el primer
geopolítico”, según el geopolítico norteamericano Andreas Dorpalen. Fue el
primero que estudió sistemáticamente las relaciones entre la Geografía y el
Estado, y señaló la importancia de su conocimiento para los estadistas.
Giovanni Botero (1533-1617), un italiano que
redactó varios tratados en el umbral de la moderna Geografía Política, hizo
hincapié en que los factores económicos gravitan en la vida de los Estados, así
como en la importancia de las comunicaciones.
Francisco Tatti (1521-1586), llamado el
Sansovino, abogado italiano, escribió sobre temas políticos con ideas
semejantes a las de Bodin.
A pesar de los grandes descubrimientos, los
geógrafos no hicieron nada de importancia en relación con la geopolítica hasta
1650, en que Bernardo Varenius (1622-1650) escribe una Geografía General,
Física y Matemática, considerada muy adelantada frente a la Geografía
cartográfica o descriptiva.
El francés Montesquieu (Carlos de Secondat,
Barón de la Brede y de Montesquieu, 1689-1755) estudió con mucho interés la
influencia geográfica sobre los hombres y dijo que: “el suelo feraz es propicio
a la aristocracia y la tiranía, mientras que el estéril fomenta el ingenio, la
libertad y los regímenes populares […] el clima condiciona el establecimiento
de las leyes favoreciendo los grandes estados políticos en las regiones
cálidas, las monarquías absolutas en las templadas y las repúblicas en las
frías”.
Montesquieu decía que el estudio de la
Geografía no era un fin en sí, sino un medio para adquirir el conocimiento de
los aspectos geográficos que rodean a los Estados, y las relaciones entre
ambos.
Recién en la Edad Contemporánea se inician
los estudios sobre la Geografía Política, como consecuencia de los estudios de
Kant (1724-1804) en las postrimerías de la Edad Media, quien dijo que la
geografía no debía ocuparse solamente de la descripción de la naturaleza, sino
que debería ampliarse hacia los aspectos etnográficos y políticos. En los
comienzos de esta época, son mayormente los pensadores alemanes los que se
ocupan de estos estudios.
El filósofo Juan G. Herder (1744-1803)
estudia las relaciones entre la tierra y el hombre, y considera a la nación
como un ser orgánico, una planta de la naturaleza. Decía que la humanidad y la
tierra constituyen una unidad inseparable, siendo ésta la morada y aquella el
organismo biológico dependiente de la tierra.
Alejandro Von Humboldt (1769-1859),
considerado el padre de la Geografía por Estados, analiza los hechos
geográficos y su relación con la vida humana y la política de los Estados.
El sistematizador del pensamiento de Humboldt
fue Karl Ritter, de quien nos ocuparemos posteriormente.
Hay estudiosos que asignan papel importante
en la génesis del pensamiento geopolítico alemán –sobre todo- a los filósofos
Juan G. Fichte (1762-1814) que con sus discursos a la nación alemana (1808)
influyó en la conformación del nacionalismo. Jorge Guillermo Federico Hegel
(1770-1831) que decía que el sujeto de la Historia es el pueblo organizado en
Estado, que la historia tiene base geográfica y que el suelo influye
determinando el carácter del pueblo.
FUNDAMENTOS
DE LA GEOPOLÍTICA
Según el estudioso argentino Coronel Jorge E.
Atencio debemos interpretar el pensamiento del creador del término Geopolítica,
el sueco Kjellen, como sigue: “…las ideas fundamentales de Kjellen responden a
su concepción del Estado como organismo viviente, que se manifiesta en cinco
aspectos: -el territorio; -el pueblo; -la economía: -la sociedad; y –el
gobierno. Kjellen empleó el vocablo Geopolitik
para estudiar al primero de dichos aspectos: el territorio, de donde se induce
que ‘geo’ se refería a ‘tierra’ y no a geografía. Dividió la ciencia política
en cinco ramas, que tiene como objeto el estudio de cada uno de esos cinco
aspectos. Consideró al territorio en lo fundamental, desde los puntos de vista
de:
1.- El espacio, el tamaño y la forma.
2.- La situación con respecto al mar y a otros
Estados.
3.- Los cambios de situación, debido a un aumento
o disminución en el poder de uno o de varios de los Estados vecinos.
4.- La historia de las pasadas cuestiones
geográficas y en papel que las mismas representan en la política exterior.
Sobre estas bases, estableció un sistema para
demostrar cómo el territorio influye en la política internacional”.
Después de conocer cuál era el verdadero
pensamiento del bautista de la Geopolítica, creo que nadie dudará que en el
Perú se dan justamente los cuatro “puntos de vista” antes expuestos, para
justificar la necesidad de cultivar en nuestro país, el interés por los
conocimientos geopolíticos.
Lo verdaderamente importante del hecho de
estudiar la geopolítica es que revela una gran cantidad de información
obtenible que tiene valioso significado y que de otro modo no es conocida o es
mal apreciada para la dirección política de un Estado. Otro valor de la
Geopolítica es que desarrolla la habilidad para seguir un método de
razonamiento que es altamente efectivo y que no podría ser alcanzado por el
frío método científico. El punto de vista geográfico es muy útil y valioso.
LOS
PRECURSORES
A pesar de que muchos estadistas, desde los
albores de la civilización, han cultivado y empleado en alguna forma los
conceptos conocidos hoy como geopolíticos, creo que podríamos considerar como
precursores a tres hombres que en realidad permitieron que esta Ciencia alcance
su partida de nacimiento.
Estos tres hombres marcan tres etapas
claramente diferenciadas. Ritter dio renombre a la Antropogeografía. Ratzel,
que consideró las actividades políticas de los pueblos y de los Estados, creó
la Geografía Política. Finalmente, Kjellen fue el creador del término
Geopolítica. Veamos algo del aporte de estos tres pensadores:
a.
Karl Ritter (1779-1859), el
profesor más destacado de la Universidad de Berlín, que escribió una Geografía
Comparada con la que formuló el concepto de que la geografía era la “ciencia
del globo viviente”, y los continentes era los órganos primarios de ese gran
organismo viviente.
Uno de sus
pensamiento básicos para el perfeccionamiento de la ciencia geográfica y la aparición
de la Geopolítica como tal es el siguiente: “Vendrá un tiempo en que humanos de
sólida mente, por su comprensión de los aspectos morales y materiales del
mundo, serán capaces de prever y orientar el futuro desarrollo de cada nación
de la tierra”. Según el Coronel Atencio, Ritter afirma que los movimientos
humanos y la historia de las naciones están profundamente influidos por la
topografía y el clima. Sus ideas coincidieron con las de Humboldt, en cuanto a
la influencia de los factores geográficos, sobre la vida de plantas, animales y
aun el hombre, pero las sistematizó y luego amplió el concepto de que esta
influencia incluye a las condiciones históricas.
b.
Federico Ratzel (1844-1904),
científico alemán, fue considerado por algunos como “el padre de la Geopolítica
alemana”, debido al interés con que se dedicó
en sus estudios a relacionar el espacio y el Estado, llegando inclusive
a formular siete leyes del “crecimiento espacial de los estados”. Es el primer
estudioso que consideró que en la Historia existen dos elementos de relativa
permanencia: el hombre, como pueblo, como etnología; y el suelo en el más
amplio sentido. Decía que ambos elementos
podrían ser objeto de investigación científica. Su obra es muy extensa,
pero cabe citar sus libros Antropología cuyo
primer tomo se subtitula Fundamentos de
la aplicación de la Geografía a la Historia. En su segundo libro Geografía Política, que lleva por subtítulo Geografía de los Estados, del tráfico y de
la guerra, estudia las
influencias geográficas en la vida de los Estados. “El Estado no es concebible
sin territorio”, dice. Algunos de sus principales conceptos, citados por
Atencio son:
- “Un gran espacio mantiene la vida de los
Estados”.
- “El espacio amplio es el elemento vital de
toda acción política del organismo estatal”.
- “Los factores geográficos desempeñan un
papel decisivo en la vida de las naciones”.
- “El destino de la humanidad está
determinado por las leyes de la Geografía”.
- “El espacio, el elemento en que respira el
cuerpo político y en que, a impulsos de las leyes de la naturaleza, se expande
y crece, se convierte en parte inseparable del organismo vivo que es el Estado;
el espacio es espacio vital”.
- “El instinto del conductor político se
basa en los aspectos geográficos”.
Ratzel ha tenido
muchos seguidores concientes, y otros que se aprovecharon de su prestigio para
hacer interpretaciones interesadas que terminaron “fundamentando” el
expansionismo de la Alemania de Hitler, y otros que, en fin, fueron terribles
detractores. (2).
Aunque considera al
Estado como un “organismo territorial” lo hace con la reserva importante de que
no puede hacerse comparación entre los Estados y los organismos perfectos.
c. Rodolf
Kjellen (1864-1922), un jurisconsulto y político conservador sueco pero germanófilo,
que se dedicó al estudio de la Ciencia Política y profundizo en la Geografía.
En 1916 –en plena Primera Guerra Mundial- después de reunir sus experiencias de
muchos estudios y dos obras previas, publica su obra El Estado como forma de vida. En este libro se emplea por primera
vez el vocablo Geopolitik. Llamó a
Ratzel, “el gran roturador del suelo virgen de la Geopolítica”, y adoptando sus
ideas va más allá, pues ya no establece un paralelo entre el Estado y los
organismos vivientes, sino que señala una verdadera identidad. (3)
Define la Geopolítica como: “La ciencia
del Estado como organismo geográfico y significativamente como soberanía
(Reich)”.
Kjellen establece que
el Medio y la Raza son esencias principales, y la Economía, la Sociedad y el Gobierno
son esencias secundarias de la Geopolítica.
El Coronel Atencio
nos dice que: “Kjellen dividió a la ciencia Política en cinco ramas, a saber:
-
Geopolítica, estudia el Estado
como reino, como organismo o fenómeno en el espacio.
-
Ecopolítica, trata los procesos
económicos del Estado.
-
Demopolítica, cuyo objeto es la
población del Estado en relación con sus formas de organización política.
-
Sociopolítica, que se ocupa del
estudio de la organización de la sociedad dentro de los Estados.
-
Cratopolítica, referida a la
organización, gobierno y administración del Estado.
Kjelen sostenía que
la fuerza de un Estado depende del grado en que están armoniosamente
relacionados estos cinco aspectos de su vida”.
Consideró que el
aspecto más llamativo y por lo tanto impresionante para algunas mentalidades
del pensamiento del Kjellen –muy influenciado por su admiración por Alemania y
sus brillantes triunfos en los campos de Europa en la Primera Guerra Mundial-
es que afirmaba que el poder es el atributo más importante del Estado, decía
que los Estados se elevan porque son poderosos y que se mantendrán si siguen
siendo poderosos. Para Kjellen, el poder era más importante que la ley. Decía:
“Si el Estado estuviera guiado simplemente por el razonamiento de la ley,
carecería de las reacciones instintivas que poseen todos los demás seres
vivientes. Mientras la ley proporciona la moral, elemento racional del Estado,
el poder le proporciona el impulso orgánico”.
Kjellen consideraba
al Estado como organismo vivo, y como tal nace, se desarrolla y muere, pudiendo
volver a nacer. Esta teoría la apoyaba citando, entre otros, el Imperio Romano,
el Imperio Incaico, el Imperio Austro-Húngaro, etc.
Para Kjellen: “Los
Estados vitalmente fuertes, que sólo posean un espacio limitado, se deben a sí
mismo el agrandar ese espacio por colonización, amalgamación o conquista”.
Decía que el espacio
es el primer factor parea que un Estado sea gran potencia, y este espacio debía
ser conocido, poblado y políticamente organizado.
Es innegable que
estas ideas fueron las que influyeron grandemente en la mentalidad alemana de
la primera post-guerra, donde la Geopolítica tuvo un desarrollo realmente
extraordinario y sirvió para las interesadas interpretaciones del expansionismo
nacional-socialista de Hitler. Este mal uso de la Geopolítica fue el motivo
para que muchos estudiosos de esa época se erigieran en detractores y la
tildaran de seudo-ciencia, útil al expansionismo y el racismo de Hitler; decían
que era la metafísica del nazismo, y como tal condenable, etc. Pero muchos de
esos mismos pensadores se han rectificado con honestidad y reconocen a esta
ciencia en su verdadero valor y utilidad. Claro que también es cierto que aún
existen entusiastas admiradores de la interpretación torcida e interesada –que
como con cualquier rama del saber, es posible- y los tenemos bastante cerca.
LOS MAESTROS
Nadie que escriba o
hable sobre Geopolítica podrá dejar de mencionar tres nombres que los
presentamos como los maestros del pensamiento geopolítico.
El eminente
geopolítico español Vicens Vives dice que fueron Mahan y Mackinder quienes
primero plantearon los temas geopolíticos con envergadura adecuada. Nosotros
creemos que en este grupo debería también incluirse a Haushofer. Estas tres
personalidades son, en opinión nuestra los hombres que verdaderamente se podrán
llamar “los impulsadores” del pensamiento geopolítico. Es verdad que los dos
primeros nunca usaron el término Geopolítica, y que el tercero fue relacionado
con la mentalidad expansionista de la Alemania de Hitler, pero existen muchas
pruebas de que no tuvo mayor relación con el régimen, si bien fue el más grande
propulsor de la Geopolítica alemana.
Presentaremos –en una
síntesis adecuada al presente trabajo-, y con la ayuda de nuestros conocidos
autores aspectos de la vida y accionar de estos tres hombres:
a. Alfred Thayer Mahan (1840-1914). Este marino
norteamericano, conocido como “el evangelista del Poder Marítimo”, fue el
primero que escribió sobre este tema tan importante.
Me atrevo a decir que
su permanencia de dos años en las costas de Sudamérica, durante la Guerra del
Pacífico, influyó mucho en su pensamiento. Estando en estas aguas, le llegó el
nombramiento para ser profesor de Historia Naval y Táctica Naval en la Escuela
de Guerra de New Port, de la que luego fue Presidente entre 1886 y 1889. En
1890 escribió su famosa obra La
influencia del Poder Naval en la Historia, 1660-1783, y en 1892 su obra La Influencia del Poder Naval en la
Revolución Francesa y el Imperio 1793-1812.
Estas obras le dieron
tal fama, que en 1894 fue invitado de la propia Reina Victoria de Inglaterra
así del Lord del Almirantazgo; en 1895 fue huésped del Kaiser Guillermo II, así
como de las Universidades de Oxford y Cambridge, y luego Harvard, Yale y
Columbia.
Sus obras fueron
declaradas libros de texto en las Marinas Inglesa, Alemana, Japonesa, Rusa,
etc. En el pueblo inglés hicieron resurgir su fe en su “Navy”, que había
perdido importancia por la preponderancia del ejército, y los ingleses tomatón
conciencia de que era necesario enfrentar al poder germano que tomaba mucho
auge con el Kaiser Guillermo II. En el pueblo alemán hicieron nacer los ímpetus
expansionistas imitando a la Inglaterra colonialista y comenzaron a ampliar su
capacidad marítima y colonialista. Mahan partió del principio de que la
Historia contiene lecciones que bien utilizadas constituyen guías para el
futuro, y así estudió los hechos que habían llevado al engrandecimiento de
Inglaterra.
Aunque la idea del
Poder Marítimo es tan antigua, como para haber sido apreciada por Tucídides,
por Jerjes, por Temístocles, etc., Mahan tuvo el privilegio de haber sido quien
popularizó e hizo efectiva esta doctrina.
Estableció una
verdadera teoría Geopolítica sobre la importancia del Poder Marítimo en la vida
y desarrollo de los pueblos. En realidad no solamente fue un excelente analista
y compilador de la historia naval del mundo, sino que también fue un gran
propagandista de sus propios trabajos y eximio vendedor de sus ideas, que supo
exponer con consumada elocuencia, y supo llegar a las personas y a los círculos
que convenía llegar con esas ideas.
Por eso fue conocido
y admirado en todo el mundo.
Mahan dedujo unos
elementos constitutivos del Poder Marítimo como consecuencia del estudio del
caso de Inglaterra, y los señaló como:
1)
–
Situación geográfica:
2)
–
Configuración física, incluyendo sus recursos naturales y clima;
3)
–
Extensión territorial;
4)
–
Número de habitantes;
5)
–
Carácter de estos habitantes;
6)
–
Tipo e Gobierno, incluyendo las instalaciones nacionales que existen.
b. Sir Halford J.
Mackinder (1861-1947).- Aunque es contemporáneo del nacimiento de la
Geopolítica nunca escribió sobre esta teoría; pero es considerado un verdadero
geopolítico por el valor de sus ideas. Como dice Raymond Aron, Mackinder fue
tal vez el estudioso que más ha contribuido a popularizar el conocimiento de la
geopolítica.
En 1904 expuso ante
la Real Sociedad Geográfica de Londres una conferencia, relacionada con el viejo
tema de la lucha entre el poder marítimo y el terrestre, titulada “El pivote geográfico de la Historia”
abordando el viejo tema de la rivalidad histórica entre Inglaterra y Rusia. Fue
esta conferencia, la que acrecentó mundialmente su fama que a nivel científico
ya era conocida en Europa.
Este pensador, al
contrario de Mahan –sin ser un anti Mahan- pregona la importancia del Poder
Central Terrestre para llamar la atención de sus compatriotas, basado en
razones geográficas cuya importancia demuestra con argumentos históricos. Decía
que para lograr el dominio mundial era necesario el dominio de la mayor masa
continua terrestre y su población, llegando a ubicar esta área en el continente
euroasiático, y la llamó “Heartland”. Creía que no era suficiente el dominar
los mares como sucedía con Inglaterra. Escribió para el futuro.
Después de la Primera
Guerra Mundial, encontró que su teoría de 1904 tenía vigencia y sentenció:
“Quien domine Europa Oriental tendrá el control de la tierra corazón; quien
controle el “heartland” dominará la Isla Mundial (Europa-Asia-África); quien
domine la Isla Mundial dominará el Mundo”. Esta advertencia fue hecha para
detener una futura alianza ruso-alemana, que podría –en aquella época- afectar
el poderío del Imperio Británico.
Mackinder, usando una
Carta Mercator, estableció dos Áreas
Marginales, rodeando el “heartland” y conformadas la interior por las Islas
Británicas, continuando con Francia, Italia, Turquía, Medio Oriente, India,
parte de Asia y el Japón; mientras que la exterior comienza en la costa este de
los EE.UU. de N.A. y Canadá, pasa por el Atlantico, Centro de África, Mar
Índico y Australia para volver a la costa occidental de EE.UU. En esta forma el
“heartland” era inmune a cualquier acción del Poder Marítimo.
Pero con el tiempo se
demostró que esta teoría de Mackinder no era tal si se observaba el mapa
mundial en una proyección polar, la inmunidad de la Tierra Corazón no aparece
tan manifiesta. Por eso se explica la actividad del coloso ruso para salir al
mar y ocupar las áreas marítimas que por unos años fueron exclusividad de la
Marina del Tío Sam. El Ártico no es tan inexpugnable. La U.S.N. lo ha
demostrado inclusive navegando bajo el casquete polar. Con la aparición de los
aviones estratégicos y los misiles, el “heartland” ya no está tan aislado. Está
expuesto también (4).
Uno de los más
grandes admiradores de las ideas del inglés Mackinder fue el alemán Haushofer,
quien dijo que el mensaje de 1904 era “la más grande de todas las visiones
geográficas mundiales”, y, antes de la Segunda Guerra Mundial, citó las ideas
de Mackinder para apoyar la conveniencia de una alianza germano-rusa. “Nunca he
visto nada más grande que estas pocas páginas de una obra maestra de
geopolítica”, decía. Por todo esto no faltó quien dijera que el inglés
Mackinder había ayudado a la fundación del militarismo nazi.
Durante la Segunda
Guerra Mundial escribió Mackinder: “Consideradas todas las cosas, es inevitable
la conclusión de que si la Unión Soviética sale de esta guerra como conquistadora
de Alemania, debe ser clasificada como la primera Potencia terrestre del Globo.
Además, será la Potencia situada en la posición estratégica defensiva más
ventajosa. El Heartland es la mayor fortaleza natural de la tierra. Por primera
vez en la Historia está guarnecida por una fuerza suficiente a la vez en número
y en calidad”.
Los geopolíticos
norteamericanos criticaron la concepción de Mackinder –inclusive Strausz Hupé
la denominó la “siniestra conferencia de 1904”- por el hecho de que no le daba
la importancia que tenía la entonces ya potencia mundial del continente
americano. El estudioso Nicolás J. Spykman se dedicó a equiparar Norteamérica
con Eurasia y en 1944 invirtió la teoría de Mackinder al sostener que el
Heartland auroasitico resulta menos importante que los Rimlands (así llamó al
Área Marginal de Mackinder), señalando que la cooperación entre el Poder
terrestre y marítimo de los EE.UU. y Gran Bretaña, dominará la tierra orilla
(Rimland), luego el Heartland y por consiguiente el Mundo entero. (Para
Mackinder, los EE.UU. formaba parte del Área Marginal que rodeaba en segunda
instancia al Heartland).
Veía como un peligro
el que un país que no fuera los EE.UU. controlara la Tierra Orilla, y otro
peligro si se daba una alianza entre Rusia y Alemania o entre China y Japón,
porque así ya no sería un poder continental cerrado sino también abierto al
mar. De ahí el interés de los EE.UU. en controlar con pactos la orilla
atlántica del Norte y la pacífica asiática del Este y Sureste, al otro lado de su
territorio, aprovechando el temor de los países de la Tierra Orilla ante el
poder y la política agresiva de Rusia.
c.
Karl
Haushofer (1869-1946), fue el geopolítico más destacado de entre los alemanes,
y el culpable, si cabe el término, de la difusión y profundización de los
estudios geopolíticos.
Los alemanes por su
profunda formación científica y el antiguo interés en la Geografía Política;
los franceses, ingleses y norteamericanos, en un principio por criticar sus
estudios que consideraban como base del expansionismo alemán, aunque este gran
estudioso no tuvo relación directa con las actividades del nazismo. Pero la
controversia con sus ideas fue decisiva para los estudios y difusión de esta
ciencia. Es considerado como el verdadero creador de la Geopolítica al servicio
de la conducción política de un Estado. Propugnó una política a veces
discutible para obtener lo que el llamó el desagravio que se debía a Alemania
después de la derrota de 1918, cuando perdió también sus colonias.
El Mayor General,
Profesor y Doctor Haushofer realizó una vasta obra de investigación y difusión
de la ciencia Geopolítica. Su nombre está íntimamente ligado al desarrollo
mundial de esta ciencia. Sus principales inspiradores fueron el alemán Ratzel,
el sueco Kjellen y el inglés Mackinder de cuya teoría fue el verdadero
divulgador. Fundó la “Asociación de Estudios de Geopolítica” en 1924 y difundió
sus investigaciones por medio de la “Revista de Geopolítica”. Tuvo muchos discípulos
en Alemania y muchos opositores en el resto del mundo. No faltaron, por
supuesto, algunos admiradores de sus ideas, que como los nazis de Hitler, las
interpretan interesadamente.
Haushofer, como
Oficial de Estado Mayor, estableció algunas ideas centrales que se pueden
resumir en la siguiente forma:
-
Necesidad
de un mayor espacio para satisfacer las necesidades de la numerosa población
(estaba influenciado por su experiencia en el Japón, antes que por su propia
patria) y para contar con las materias primas para las industrias (el aspecto
vital de Ratzel).
-
Conveniencia
de que Alemania domine el oriente europeo o por lo menos tenga la hegemonía,
incluso aliándose con Rusia (la teoría del Heartland de Mackinder).
-
Ampliación
del territorio mediante amalgamación o conquista de las naciones del oriente
europeo para enfrentar el crecimiento natural del Estado alemán (teoría de
Kjellen).
Lo más notorio de la
Geopolítica de Haushofer -General y profesor, soldado y político- es su
adhesión a la teoría de Mackinder, puesto que era un estudioso inglés quien le
daba pie para fundamentar sus ideas del Poder en los grandes espacios
geográficos terrestres. También era notoria su simpatía, y por supuesto
bastante lógica, por las ideas de Kjellen para considerar el Estado como un
organismo vivo.
GEOPOLÍTICA Y GEOGRAFÍA POLÍTICA
Es necesario
establecer que estas dos ciencias son diferentes. Cuando presentamos los
Fundamentos del Pensamiento Geopolítico, dijimos que parecía que Kjellen había
usado la raíz ‘Geo’ refiríendose a
la ‘tierra’, y no a la geografía, cuando creó la palabra Geopolítica. Para él
la Geopolítica no era una rama de la Geografía, sino del Derecho Político. Para
el propio Weigert, son diferentes, porque son dos estados sucesivos de la misma
disciplina científica, que en todo caso intenta predecir el futuro de la vida
de las naciones.
Hay muchos estudiosos
que consideran que la Geopolítica no es más que un término nuevo para la
Geografía Política.
En la época del
nacimiento de esta palabra, sobre todo en Alemania, se le utilizaba por
comodidad y por ser más llamativa que la combinación “político-geográfico”. Por
este motivo, desde los mismos comienzos, se creó una confusión entre la Geopolítica y la Geografía Política.
Otros decían que la Geopolítica era una aplicación de la Geografía Política.
Otros, simplemente no quisieron emplear el término moderno y siguieron usando
el de Geografía Política.
Los franceses,
británicos y norteamericanos habían cultivado la Geografía Política en el
sentido que le había dado Ratzel, quien era básicamente un geógrafo.
Como es conveniente y
preciso comenzar por revisar el origen, o sea la Geografía, diremos que una
clasificación de la Geografía bastante lógica y aceptada es la que considera
que se dan [:] una rama Geográfica de los fenómenos naturales y otra de los
fenómenos culturales. La Geografía de los fenómenos naturales incluye la
Geografía Física, la de los suelos, la Biogeografía, la humana, etc. todas
estas en base a la Física. La Geografía de los fenómenos culturales abarca la
Geografía cultural, la social, la económica y la política.
De la relación de las
ciencias naturales con la Geografía surgieron la Geofísica (Hidrología,
Tectónica, Geodesia, Meteorología, Electricidad; la Geoquímica, la Geobiología,
la Geoantropología, etc.).
Según nuestro
conocido Coronel Atencio: “La Geopolítica es, en su acepción actual, una
ciencia que, por su base geográfica, se ha considerado como una de las
geociencias, y por su finalidad se relaciona con la Ciencia Política; en
cambio, la Geografía Política es una parte o subdivisión de la Geografía
General o sistemática”.
“La Geografía
Política enseña cómo la superficie de la tierra ha sido dividida por el hombre,
el cual, en cuanto ser social, está dentro de las instituciones políticas,
respondiendo unas veces a su voluntad de constituirse en estados soberanos […] las
formas de gobierno establecidas dentro de determinada jurisdicción […] y en
cada estado o nación, las particularidades etnográficas, religiosas, idiomáticas,
culturales, ideológicas que caracterizan a la sociedad humana que habita en su
territorio”.
“Por el contrario, la
Geopolítica, al estudiar las relaciones entre la tierra y las instituciones y
vida política, con la finalidad de extraer conclusiones útiles para orientar o
guiar la política, tiene que ser forzosamente dinámica, más para ello debe
partir necesariamente del conocimiento de la realidad actual de las condiciones
geográficas-políticas. De aquí que una de sus bases sea el conocimiento de la Geografía
Política”.
Tal vez sea más
contundente, para explicar las diferencias, el pensamiento de un alemán,
Lautensach, quien en 1925 aseguró que la actitud mental del Geopolítico era dinámica,
mientras que la del geógrafo político era estática.
Esta feliz y oportuna
distinción fue recogida por muchos estudiosos, y en 1934 los geopolíticos
alemanes R. Hennig y L. Korholz, para confirmar la diferencia entre estas dos
ciencias, decían: “La Geopolítica y la Geografía Política no son la misma cosa
aunque tengan muchos puntos de contacto. La Geografía Política trata de la
forma y división política de los Estados en determinada época, es decir, de una
situación estable; la Geopolítica, en cambio, indaga los movimientos en los
sucesos estatales, los que acarrean cambios, alteraciones y transformaciones de
situaciones excitantes y estudia los resultados que de aquellos derivan.
La Geografía Política
traza cuadros semejantes a vistas fotográficas; la Geopolítica, en cambio,
evidencia las fuerzas motrices a manera de un filme”.
Otro estudioso
alemán, Otto Maull, dice, entre otras cosas: “La Geopolítica estudia las necesidades
de un Estado en cuanto al espacio, mientras que la Geografía Política examina
solamente las condiciones del espacio de un Estado. Continua: “en suma: la
Geografía Política se limita a una descripción estática del Estado, que bien
puede incluir el estudio de su anterior desarrollo dinámico. La Geopolítica,
por el contrario, es una disciplina que pesa y evalúa una situación determinada
y que, basándose en sus conclusiones, trata de dirigir la política práctica”.
El español Vicens
Vives, en 1940, aceptando el mismo principio de Lautensach, decía: “La
Geografía Política es la estática de la configuración y distribución actual […]
La Geografía Histórica es la Geografía Política de cada una de las épocas
pasadas […] ambas representan un punto de descanso, de muerte. La Geopolítica
es siempre vida, es movimiento, cambio y transformación; la actualidad
geopolítica sólo interesa en función de las fuerzas que actuaron ayer o como
plataforma de los sucesos que acontecerán mañana. He aquí expresada en dos
palabras la esencia íntima de la Geopolítica: Síntesis y Vida”.
CONCLUSIONES
De esta extensa
exposición, parecería que la Geopolítica ha sido creada para efectos de
dominación mundial. Es que realmente esa ha sido la mentalidad de los
estudiosos que se dedicaron a difundirla o a aplicarla. Pero en el camino hacia
esa capacidad de dominación estaba involucrado el requisito de elevar o
mantener el Potencial Nacional del país interesado por encima del de los demás.
Adquirir Poder. Este esfuerzo exige y presupone el conocimiento del territorio
propio y circundante, el conocimiento de las capacidades de la población, el
conocimiento de la historia pasada, las posibilidades económicas, etc., y una
serie de actividades que serán reguladas por la decisión política.
Pero no debemos
quedarnos con la idea de que la Geopolítica es útil solamente para los
propósitos de dominación de los países grandes. También es útil para los fines
de supervivencia de los países chicos frente a otros chicos.
No hemos extendido en
la presentación, con la intención de fundamentar el interés que creemos tiene
para nuestro país, así como para todos los países en desarrollo, por la
importancia universal que tiene y por el tiempo que viene siendo estudiada y
aplicada. Porque creemos que para justificar la venta de una idea, debe
exhibirse los pergaminos que respaldan cualquier afirmación.
Ahora si podemos decir
que la Geopolítica nos interesa como un medio de crear conciencia y fomentar la
elevación de nuestra capacidad humana. Tenemos el historial brillante de un
pueblo que en el pasado dio amplias muestras de esa “eficiencia colectiva” de
que habla el distinguido maestro Dr. Castañón Pasquel. Un pueblo que dio la
cultura más avanzada de América en su época, y, en muchos aspectos, fue la más
adelantada del mundo.
Entonces no será
difícil para nosotros alcanzar el desarrollo que nos corresponde por derecho.
Es la tarea histórica que nos toca cumplir. Nos remitimos a una opinión muy
valiosa y autorizada para nosotros. El Dr. Castañón Pasquel dice: “…podría
llegar a decirse que, para los países más desarrollados, la Geopolítica sería
una disciplina sólo útil para su estrategia internacional de dominación. Pero
esto no implica que no pueda ser útil también para los países en vías de
desarrollo para su propia estrategia interna de promoción y progreso”. Continua
el maestro: “Al presente, la Geopolítica parece estar dando lecciones a países
‘grandes’ como a países ‘chicos’: mientras en unos pule o perfecciona su
sentido de penetración o ataque, en los otros hace madurar su sentido de
cohesión interna y defensa”. –“La Geopolítica - ya sea en la paz o en la guerra; ya sea a nivel nacional o
internacional- busca y precisa en todo caso ‘fórmulas concretas de eficiencia
colectiva’. Eficiencia hacia adentro y hacia afuera; y por supuesto que ésta
última no es sino resultante de la primera”.
Esa será la tarea de
una Geopolítica Peruana. Analizar nuestras condiciones geográficas, estudiar
nuestra historia con un sentido crítico y no meramente descriptivo; estudiar y
analizar nuestras calidades humanas, nuestro ancestro y sus valores -tenemos
valores de raza que hemos olvidado-; estudiar nuestras posibilidades económicas
-tenemos las mejores de esta parte del mundo-: en fin, hay mucho que hacer.
Todo esto, para
delinear el mejor sistema de “eficiencia colectiva” y el camino más apropiado
para lograr esa cohesión interna que tan falta nos hace. Una vez logrado esto,
será difícil que este Perú nuestro pueda volver a ser sorprendido como hace
cien años.
Una tarea primaria e
inmediata que debe cumplir todo dirigente político o conductor de opinión en el
Perú, así como también el propio Gobierno, es despertar los valores propios de
nuestro pueblo. No tenemos que aprender de otros. No tenemos nada que importar.
Las dos razas que nos han dado origen, han sido razas triunfadoras, pueblos
dominadores, guerreros expansionistas, pero asimiladores, no depredadores, muy
superiores, aptos para llevar la cultura y el avance científico a los pueblos
que dominaban. Así eran los Incas. Así fueron los españoles. Ese es nuestro
ancestro. Acá no necesitamos de las ideas de Ratzell, de Kjellen, de Haushofer,
de Hitler, de los nazis, racistas, etc., para
pretender erigir un pueblo grande, como sucede con algunas mentalidades
que conocemos en Sudamérica. El Perú, con su ancestro y con lo que tiene, solamente
necesita dejar de ser “el mendigo” y ponerse a explotar su “banco de oro”.
MI DEFINICIÓN
Considero que la
Geopolítica no solamente debe estudiar los factores geográficos para guiar la
decisión política, ni la influencia de los factores geográficos en la vida de
los pueblos.
Especialmente en el
caso del Perú, la Geopolítica debe basarse en el conocimiento de nuestros
factores geográficos, nuestros antecedentes históricos y nuestros valores
étnicos.
Debemos tener
presente cuántas desmembraciones territoriales hemos sufrido en el transcurso
de nuestra historia. Cuántas ambiciones pueden despertar nuestras riquezas.
Cuáles son esas riquezas y dónde están ubicadas.
Cuáles son los
valores de nuestras razas de origen. Cuáles son las costumbres. Cuáles son las
intenciones y cuáles las posibilidades de nuestros vecinos. Todo este
conocimiento científico debe ser conjugado con nuestros Objetivos Nacionales y
trabajado por personas responsables en los más altos niveles académicos y de
investigación, tanto para el asesoramiento como para la toma de decisiones
propias en el campo político.
Creo que una
Geopolítica Peruana no puede soslayar un profundo conocimiento de nuestra
historia, ni la realidad de nuestra ubicación en el Mundo y en el Continente
Americano, así como la realidad de países vecinos, y de otros que interese;
tampoco puede soslayar el estudio de nuestras realidades socio-política y
socio-económica, y finalmente la realidad étnica, con las costumbres y
tradiciones de nuestro variado conglomerado humano, así como el ímpetu viril de
ese pueblo que ahora eclosiona muchas veces en forma equívoca pero altiva.
Esta realidad es un
avance positivo que no podemos dejar de lado. Solamente falta canalizar
convenientemente la altivez de este pueblo. Las generaciones nuevas en el Perú
están dando muestras de que hemos recuperado la clase que por siglos ha
exhibido el pueblo peruano. Una vez
canalizado todo ese ímpetu ancestral, debemos volver al sitial que
siempre ocupamos en el concierto de naciones hispano-americanas, y aún antes,
cuando los Incas dominaban –en el mejor sentido de la palabra- gran parte del
Continente Sudamericano. Por todo esto, yo definiría la Geopolítica, como:
“La ciencia que
estudia los factores geográficos, analiza la sociedad humana y los antecedentes
históricos de un país para conjugar todo esto con los Objetivos Nacionales
propios, a fin de orientar y fundamentar las decisiones de carácter político”.
NOTAS
(1)
Jorge
E. Atencio, en su obra “Qué es la Geopolítica”, dice: “Podemos concretar los
propósitos de la Geopolítica entre nosotros en la siguiente forma:
1°) Proporcionar sólidos conocimientos sobre las
influencias de los factores geográficos
en la vida y evolución de nuestro Estado, y de otros, que tengan relación con
nuestros problemas políticos, sociales y económicos.
2°) Brindar bases para adquirir un conocimiento
global de los asuntos internacionales, en especial de los que giran alrededor
de la Geografía y de la política.
3°) Hace conocer los conceptos geopolíticos
foráneos y enseña a desechar, por exóticos y no aplicables a nuestro medio,
aquellos que estén en pugna con nuestra doctrina en materia de derecho
internacional o que no convengan a nuestras realidades y posibilidades.
4°) Crear una conciencia geográfica y geopolítica
que esté acorde con los objetivos políticos nacionales, cuya acción se
manifiesta en el interés por el estudio e investigación de estas disciplinas,
como medio para lograr la idoneidad necesaria a fin de poder extraer de ellas
las útiles conclusiones que, indudablemente, pueden proporcionarnos.
(2)
El
Coronel Atencio dice: “Se le hacen estas imputaciones sin tener en cuenta que
él rechazó expresamente la identidad entre el Estado y el ser biológico y
ponderó la acción que el hombre puede desarrollar para modificar el medio
geográfico”. Luego dice: “También es cierto que su pensamiento fue deformado y
aprovechado con finalidades políticas, dando origen, en el terreno científico,
a francos deterministas y, en lo político, a nacionalistas, imperialistas y
expansionistas, que en su patria dieron bases para una actuación política que
condujo, después de dos guerras mundiales, al desastre de Alemania. Entre ellos
se destacaron von Treitsche, Neumann y Rohrbach.
- Manuel García de Miranda, Catedrático de
Geografía, en la conferencia “De Ratzel a Bruhes” en la Cátedra “General
Palafox” dice: “Ratzel ha tenido, pues, como en la parábola del Sembrador,
apóstatas y fariseos, discípulos y profanadores. A esta cantera han venido a
encontrar materiales con ánimo diferente los geopolíticos, en no todo es
nocivo…”.- “El sentido del espacio y la necesidad de ampliarlo, Volk ohne Raum,
pueblo sin espacio, el ímpetu de la conquista, no es la esencia de la doctrina
ratzeliana; tampoco esa frase de que la guerra sea pasear su expansión por la
frontera […] ya que de ser así resultaría inútil de mencionar die echte Grence, la frontera justa.
Este objetivo, por otra parte, no es geográfico exclusivamente”.
(3) El Coronel Atencio cita los siguientes
conceptos de Kjellen: “El Estado no es una conglomeración accidental o
artificial de vida humana que se mantiene de fórmulas por medios legales; está
profundamente arraigado en realidades históricas y afectivas, crece
orgánicamente, es una entidad del mismo tipo fundamental que el hombre
individualmente considerado; en una palabra, es una evolución biológica o un
ser viviente”.
“Como tal, los
Estados están sujetos a la ley del crecimiento. Los Estados vigorosos y llenos
de vida, que cuentan con un espacio limitado, obedecen al categórico imperativo
de extender su espacio ya sea por colonización, amalgamación o conquista”.
“…el Estado no se
ocupa de sus varias actividades (educación, obra social, etc.) con propósitos
éticos o por el interés de sus ciudadanos, sino en su propio beneficio para
fortalecer interior y exteriormente, para tener poder”.
(4) El Dr. Luis García Arias, Director de la
Cátedra “General Palafox”, en una conferencia sobre Mackinder y el Heartland,
dice sobre el pensamiento de Mackinder: “…en definitiva, para triunfar, una
talasocracia debe extender su dominio en dirección a la periferia continental,
disponiendo de cabezas de frente, generalmente posiciones estratégicas
insulares, peninsulares, y buscando diplomáticamente la creación de un
equilibrio continental que impida la hegemonía de la Gran Potencia
epiregráfica. Si ello no se realiza, y el Poder continental logra concentrar
recursos humanos y materiales superiores y se apodera de las bases periféricas
asomándose al océano, anulando así el sea-power,
o bien creando su propio sea-power
rival, la victoria es suya. Pero este resultado final no es posible más que si
una masa continental homogénea y fuerte alcanza ampliamente los océanos”.
BIBLIOGRAFIA
- Qué es la Geopolítica: Jorge E.
Atencio.
- Tratado General de Geopolítica: J. Vicens
Vives.
- Introducción a la Geopolítica: Fernando Frade
Merino
- Geopolítica y Geoestrategia Americana: Justo P.
Briano.
- Geopolítica y Geoestrategia: Pierre
Celerier.
- Geopolítica y Geoestrategia: Conferencias
de la Cátedra “General Palafox” de Cultura Militar.- Zaragoza.
- Geopolítica: Conferencias
en la Escuela Superior de Guerra Naval. Dr. Emilio Castañón Pasquel.
NOTA DEL EDITOR
* Contralmirante MGP. Colaborador de
«ForoGeomarítimo» Artículo publicado en Revista
de Marina, Vol. 361, N° 1, Enero-Febrero, 1979.
No hay comentarios:
Publicar un comentario